Un vecino de Orduña acusa a la Diputación de engañarle
Asegura que el ente foral le forzó a vender sus terrenos
Jon U. M., un vecino de Orduña, ha acusado públicamente a la Diputación de haberle engañado y hecho perder más de 300.000 euros al obligarle a vender "a la fuerza" en 2002 una finca de 12.000 metros cuadrados por un precio inferior al tasado para construir un polígono que aún hoy sigue sin edificarse.
A comienzos de 2000, la Diputación vizcaína y el Ayuntamiento de Orduña, ambos en manos peneuvistas, iniciaron los trámites para adquirir unos terrenos de 220.000 metros cuadrados en dicha localidad. El ente foral, a través de la sociedad Bizkailur, ofreció a los propietarios, según atestigua la documentación en poder de este periódico, el pago de cantidades a razón de 15 euros por metro cuadrado. El citado vecino de Orduña asegura que esta propuesta topó con el rechazo de varios propietarios de los terrenos.
Este vecino sostiene que el representante de Bizkailur aseguró que ya disponían de más de un 60% de los terrenos, suficiente para que decidiesen el régimen urbanístico del terreno y su precio de urbanización. En este momento, tal y como apunta, varios propietarios decidieron vender sus tierras.
Dos viales y farolas
Jon U. M. había adquirido en 2000 los terrenos a familiares que tenía en México, aunque la compra no se oficializó hasta 2003. Para cobrar el Impuesto de Transmisiones, según documenta, Hacienda tasó estos terrenos en 558.244 euros, 46,5 euros por metro cuadrado, aproximadamente. Es decir, más de 30 euros más por metro cuadrado de lo que Bizkailur le ofrecía.
Añade que la Diputación decidió urbanizar en régimen de cooperación e indicó a los propietarios que, a partes proporcionales, deberían costear los gastos de urbanización, que ascenderían a 12 millones. El vecino de Orduña asegura que en ese momento todos los propietarios que restaban por vender lo hicieron a 18 euros el metro cuadrado.
Posteriormente, ya con los terrenos en poder de la Diputación, una revista municipal anunció que se había adjudicado a Excavaciones Viuda de Sanz, receptora de varias infraestructuras viarias vizcaínas, la urbanización del polígono de Rondina por 6,5 millones de euros. Hoy, donde se supone que debería haberse edificado "el inmenso espacio vacío es un llamo cruzado con viales con farolas".
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