El Gobierno cataloga las colonias de Sukarrieta y aviva el enfrentamiento con Vizcaya
La Diputación de Vizcaya ha anunciado que tomará las medidas que considera oportunas contra la decisión del Gobierno vasco de catalogar las colonias de Sukarrieta, lo que aleja de Urdaibai el proyecto foral de un Guggenheim II. En su opinión, la "protección" aprobada por el Departamento de Cultura para las colonias de Sukarrieta "está viciada en origen por incumplimiento de legalidad".
Las dos instituciones públicas mantienen un diálogo de sordos sobre la posibilidad de un segundo Guggenheim en esta zona de Urdaibai. A pesar de su condición de socios en la Fundación de este museo bilbaíno, las discrepancias sobre este proyecto son antagónicas ya que el intento de su construcción por parte de la Diputación vizcaína encuentra el rechazo absoluto del Gobierno socialista. Con esta decisión de catalogar el edificio, la tensión aumenta.
Según sostiene Vizcaya, que conoció ayer la decisión del Gobierno, esta orden "incumple el plazo legal de seis meses estimado en la Ley vasca de Patrimonio Cultural para resolver la inscripción de un bien cultural entre el inicio de un expediente y su resolución". Por ello, considera que el acuerdo del Ejecutivo vasco "está viciado en origen por vulneración de la legalidad".
Como muestra del enfrentamiento que mantienen sobre esta infraestructura cultural, la Diputación critica que con esta decisión el Gobierno vasco "ha desoído todas las alegaciones y argumentos que le han sido presentados", y que, según precisa en una nota, provienen del Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (Demarcación de costas de Vizcaya), la propia Diputación, la BBK, el pleno del ayuntamiento de Sukarrieta, cuatro concejales del Ayuntamiento de Busturia y algún profesional independiente.
En su resolución, el área que dirige Blanca Urgell decreta la inclusión del edificio que alberga las colonias infantiles de Sukarrieta en el Inventario General del Patrimonio Cultural Vasco, con la categoría de conjunto monumental, lo que dificultará realizar cambios arquitectónicos en el inmueble para poder adaptarlo al proyecto de la Diputación de Vizcaya, al que se opone el Ejecutivo autónomo.
El edificio, de estilo neovasco, fue proyectado por el arquitecto Ricardo Bastida a instancias del magnate naviero Ramón de la Sota en 1925, para albergar una casa para atender a los hijos de trabajadores del mar, pero posteriormente fue vendido a la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, la actual BBK, que creó allí unas colonias infantiles.
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