El futuro de los pajareros de La Rambla
El próximo alcalde decidirá qué hacer con los tenderetes
El problema legal de las pajarerías de La Rambla de Barcelona solo se arreglará después de las elecciones municipales del 22 de mayo. Ayer el colectivo de antiguos pajareros presentó sus alegaciones al proceso con el que el Ayuntamiento quiere expropiarles. Con las urnas a la vuelta de la esquina, los dueños de los puestos creen que la Administración de Hereu pasará de puntillas sobre el problema y este pasará a formar parte de la herencia del próximo gobierno local.
En febrero, el Ayuntamiento anunció que pretendía llevar a los tribunales el acuerdo que firmó con los pajareros en noviembre de 2009 por considerar que va contra los intereses de la ciudad. En el texto se cerraba la reconversión y se ponía fin a nuevas licencias de los negocios que vendían animales. Y se resolvió que el Instituto Municipal de Mercados de Barcelona y el distrito de Ciutat Vella llevarían el documento al pleno para su aprobación. Los firmantes aseguraban reconocer "la conveniencia y necesidad de permanecer en el tiempo más allá de las personas que lo firman".
Sin embargo, esos dos compromisos nunca se llevaron a cabo, según recogen las alegaciones del colectivo. De hecho, sostienen que todos los incumplimientos denunciados "son del Ayuntamiento, no se le atribuye uno solo a los comerciantes", explica Mónica Trias, su presidenta.
Miquel Pregonas, abogado de la plataforma de los comerciantes, apunta que hay al menos ocho irregularidades en la forma en que se gestionó el acuerdo. Una de ellas sería la ausencia de un estudio de impacto paisajístico de los cubículos. "Descubrieron que no les gustaba nada lo que habían aprobado, pero el problema es que ya era tarde", explica Trias.
A la espera de que el Ayuntamiento estudie sus alegaciones, los comerciantes se preparan para denunciar al Consistorio por daños y perjuicios.
La presidenta de los afectados acusa al Ayuntamiento de ocultar sus intenciones: dar prioridad a los negocios aledaños de La Rambla con la excusa de esponjar el paseo y ofrecer más espacio a los peatones. Por La Rambla circulan unos 70 millones de personas al año.
Hasta ayer los pajareros habían recogido unas 50.000 firmas en apoyo a su causa, entre ellas la del exalcalde de la ciudad Pasqual Maragall.
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