Arregi plantea que el Guggenheim debe "andar solo" en el futuro
Uribeetxebarria sostiene que la ponencia parlamentaria transmite mala imagen
Las comparecencias ante la ponencia parlamentaria que elaborará un informe sobre la renovación del convenio del Guggenheim comenzaron ayer con la presencia de dos personas fundamentales en las negociaciones que permitieron inaugurar el Museo Guggenheim Bilbao: el exconsejero de Cultura Joseba Arregi y el exdiputado del mismo departamento Tomás Uribeetxebarria, ambos entonces en las filas del PNV. Ayer mantuvieron posturas discrepantes. Arregi planteó que en el futuro el museo debe "andar solo" y a corto plazo revisar aspectos fundamentales que corrijan "desequilibrios a favor de la Fundación neoyorquina", aprovechando la fortaleza del museo bilbaíno, el único proyecto de expansión internacional del Guggenheim que ha cuajado.
El exconsejero cree se debe ganar peso en la decisión sobre la compra de obras
El exdiputado dice que romper con la 'marca Guggenheim' sería "un suicidio"
Uribeetxebarria, en línea con el grupo peneuvista, descalificó los objetivos de la propia ponencia por entender que se trata de una injerencia del Parlamento en las competencias del Gobierno y la Diputación y da mala imagen de los vascos.
Arregi, parlamentario por Guipúzcoa en dos legislaturas, abandonó el PNV en 2004 e impulsó la creación del movimiento Aldaketa para propiciar la alternancia política en Euskadi. Ayer volvió al Parlamento para adelantar que elaborará un informe para asesorar al Gobierno en la renegociación del convenio con la Fundación Solomon R. Guggenheim, que vence en 2014. El exconsejero puso el acento en el cambio entre el contexto que rodeó los contactos con la fundación neoyorquina hace casi 20 años y las circunstancias actuales. "Hoy el Museo Guggenheim es una realidad con personalidad propia, que recibe tanto como aporta a la marca Guggenheim", defendió. "Desde esa realidad el Museo Guggenheim Bilbao se debe repensar como nuevo proyecto para el futuro, un proyecto con personalidad propia, con capacidad para andar solo, sin renunciar a alianzas internacionales".
El exconsejero animó a revisar el planteamiento para que la pinacoteca bilbaína pueda romper con la casa madre, lo que describió como ese "andar solo". "No tiene sentido tener eternamente un socio en las mismas condiciones", dijo.
Arregi entiende que ahora corresponde revisar el contrato con tiempo y recomendó evitar tanto la premura que sufrió la primera negociación como la "prolongación por silencio" del actual contrato. Entre los aspectos que, en su opinión, requieren "un reequilibrio negociado" señaló la dirección artística, la promoción de los artistas vascos, y la capacidad de decisión en las compras de obras de arte.
Arregi subrayó el papel esencial de la colección propia para dotar de personalidad al museo. "En su día el interés de las instituciones vascas radicaba en poder contar con todos los fondos de las colecciones Guggenheim", explicó. "Hoy ese interés debe ser el de poner en marcha un proyecto con personalidad propia, conforme a un todo coherente". Y destacó que el enfrentamiento entre Gobierno y Diputación de Vizcaya entorpece la negociación: "La parte dividida en una negociación se encuentra a merced de la otra parte".
Uribeetxebarria, en cambio, criticó la existencia misma de la ponencia porque "transmite una imagen de los vascos que no corresponde a una línea de seriedad y nobleza". El exdiputado vizcaíno de Cultura cree que Parlamento da la imagen de cuestionar un acuerdo y una política de compras que, en su opinión han funcionado correctamente.
Uribeetxebarria se mostró partidario de actualizar el actual convenio y mantenerlo vigente como mínimo 50 años, con revisiones cada dos décadas. "No se debería romper con la marca Guggenheim por nada del mundo. En la actualidad sería un suicidio", defendió.
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