Guantánamo, reducto de oscuridad
Fui una de esas personas que se ilusionó con la idea de que Barack Obama fuera el elegido en las elecciones presidenciales de 2008 en Estados Unidos. El candidato demócrata prometió grandes aportaciones, sobre todo en el terreno de los derechos humanos. Quizá sea algo ingenuo creer en las promesas electorales, pero me dejé persuadir por la propia paradoja que parecía vivir Estados Unidos. Tres años después, Barack Obama no ha cumplido su promesa, aquella que parecía tan esperanzadora, cerrar la prisión de Guantánamo. Este episodio oscuro de la historia de Estados Unidos, entre tantos otros, parece no terminar. Para evadir la normativa internacional, Estados Unidos ha utilizado mil y una maquinaciones, y cuando pensábamos que el castillo de If americano se acababa para siempre, el premio Nobel de la Paz decide aumentar la esperanza de vida de ese reducto de oscuridad.
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