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El río ahoga las esperanzas de la familia de Austin

Hallado el cadáver del joven californiano a 300 metros de donde se perdió su rastro hace 13 días

La desaparición de Austin Taylor Bice terminó ayer con el peor de los desenlaces. El cuerpo sin vida del estudiante californiano de 22 años fue localizado a primera hora en el río Manzanares, despojando a la familia de la esperanza que había mantenido hasta el día anterior. Que estaba "vivo pero desorientado", seguían pensando el lunes cuando se cumplían 10 días de su desaparición, según contó María García, una de las tres jóvenes que han organizado la búsqueda del chico desde el principio.

La última vez que alguien vio a Austin Bice, se marchaba a casa después de salir de fiesta. No llegó muy lejos. A unos 300 metros de la discoteca La Riviera, en la que no consiguió entrar, es donde la Policía Nacional encontró su cadáver. Llevaba consigo todo lo puesto: la camiseta oscura con la que salió, los vaqueros, las botas, la cartera y los dos teléfonos, según han confirmado fuentes policiales, informa F. Javier Barroso. Las mismas han señalado que el cuerpo del estadounidense no presentaba signos de violencia. La autopsia, que se practicará hoy, indicará si Bice se ahogó (caso de que los pulmones estén encharcados) o si murió antes de caer al río (no habría agua en sus órganos).

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La policía apunta a una caída fortuita, lo mismo que la familia. "Es doloroso, porque no tenemos a quién culpar, pero es mejor que saber que alguien le ha hecho daño", explicaba García, un par de horas después de enterarse de que el cadáver de su amigo había aparecido. Todavía entonces luchaba contra las noticias que le llegaban y no quería aceptar la muerte de Austin. Se aferraba a la posibilidad de que no fuera él, porque la familia aún no había identificado formalmente al estudiante de intercambio de la San Diego State University. "Precaución", pedía a los medios.

Pasaban las horas y el convencimiento llegaba. El primo político (el marido de una de las primas de Bice) y el padre, Larry, habían salido a dar una vuelta para despejarse ante la multitud de visitas que llegaban a la casa donde se había instalado el joven al llegar a Madrid a mediados de enero.

El centro de operaciones familiar, lugar donde se había coordinado desde el minuto uno la búsqueda y el pegado de carteles con la foto y dos teléfonos de contacto, se llenó de amigos y conocidos que acudieron al enterarse de la fatal noticia.Los familiares se marcharon a media mañana y estuvieron ausentes durante horas. La Embajada de EE UU en Madrid confirmó que miembros de la legación se encontraban con ellos acompañándoles en todos los trámites. Tenían que identificar el cadáver, pero no llegaron a presentarse en el Instituto Anatómico Forense donde estaban los restos desde la una menos cuarto de la tarde. El responsable de relaciones internacionales de la Universidad Carlos III, Carlos López Terradas, aseguró por la tarde que el padre de la víctima se había marchado a San Diego (EEUU) para estar con la madre y las hermanas del estudiante. "Aquí se queda el primo, que habla español, para realizar todos los trámites", señaló. La Embajada de EE UU no quiso confirmar esta información amparándose en la legislación estadounidense.

Ambas instituciones, tanto la Universidad como la embajada, se pusieron ayer a disposición de la familia al conocer la noticia. "Esperamos que se pueda repatriar en el tiempo más corto posible", explicaba un portavoz de la embajada por la mañana, después de indicar que tienen que esperar a que las autoridades españolas les entreguen el cuerpo. La universidad, por su parte, se ofreció a organizar un acto. Las banderas ondean desde ayer a media asta en el centro en el que Austin Taylor Bice estudiaba Economía y Administración y Dirección de Empresas.

Un día después de que Juan Gabriel Paredes, casado con la prima del joven, afirmase que la policía le había dicho que era un caso muy "extraño", el grupo V de Homicidios de la Policía Nacional drenaba el río y encontraba el cadáver cubierto de lodo en la confluencia de las calles paseo Virgen del Puerto y Ruy González de Clavijo. Ya habían rastreado la zona sin éxito la pasada semana y no lo habían encontrado flotando porque el cuerpo se había enganchado con un saliente del río, según fuentes policiales, informa F. Javier Barroso. El hecho de que el caudal del Manzanares no tenga mucha corriente tampoco ayudó en la búsqueda. Finalmente fue hallado entre las puertas cinco y seis, que delimitan parte del cauce. "No me extraña que se haya caído", apuntaba un testigo que presenció cómo los bomberos sacaban con una grúa en una camilla el cuerpo rescatado del lodo. "Se habrá quedado dormido encima de la valla", reflexionaba.

Concluía así la angustiosa incertidumbre que la familia ha vivido en los últimos días. Primero temieron que hubiera sido un secuestro, pero no recibieron petición de rescate ni prueba de vida alguna. También pensaron que podría haberse ido de viaje sin avisar, circunstancia que no cuadraba con un chico "familiar", que hablaba "dos veces por semana con sus padres por Skype". Otra opción fue que estuviese drogado, pero tampoco: "Austin no tiene antecedentes de dependencia a las drogas ni al alcohol. Es un chico muy deportista".

La única certeza era que nadie sabía nada de un muchacho de 1,95 metros y 100 kilos. No se había sacado dinero con sus tarjetas de crédito y los dos teléfonos que llevaba (uno de EE UU y otro español) no daban señal. Tampoco había enviado correos desde que desapareció el viernes 25 de febrero. "El cuerpo es perfectamente identificable", aseguraba ayer un funcionario del Anatómico Forense que lo había visto. "Es él", sentenció.

Buzos del cuerpo de bomberos ayudan a recuperar el cadáver de Austin Bice del fondo del río.
Buzos del cuerpo de bomberos ayudan a recuperar el cadáver de Austin Bice del fondo del río.CARLOS ROSILLO

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