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Museos asfixiados por la crisis

Los recortes obligan a reducir horarios y a suspender exposiciones programadas

José Ángel Montañés

En Cataluña hay más de 500 colecciones y museos abiertos al público. La situación de crisis económica también afecta a la cultura y ha obligado a la mayoría de estos centros a realizar recortes en su programación, reducir actividades y horarios, prescindir de personal contratado y comenzar a cobrar por actividades que antes hacían gratis. En Barcelona, el Arts Santa Mònica es uno de los que viven una situación más dramática. Ha retrasado su horario de apertura a las dos de la tarde y solo abre a las once de la mañana, como era costumbre, a los grupos escolares. "Tenemos que reducir el presupuesto de dos millones entre el 30% y el 60% y hemos elaborado un plan A, B o C, en función de la aportación final que haga la Generalitat", aseguran desde el centro. Lo que sí han hecho es suspender la exposición sobre danza en Cataluña programada para mayo, muchas actividades y casi toda la difusión, cosa que reducirá los visitantes. "La situación no afecta, por ahora, a los puestos de trabajo, aunque tenemos cierta inquietud", aseguran.

No es el único centro. El Museo de Historia de Cataluña (MHC), con tres millones de euros de presupuesto, tenía previsto inaugurar el jueves una exposición con 3.000 billetes de la II República y la ha pospuesto para 2012. "Era nuestra apuesta para conmemorar los 75 años del inicio de la Guerra Civil", asegura Agustí Alcoberro, director del MHC, centro que estudia reducir la apertura de los monumentos que gestiona y que reciben pocas visitas, como la casa de Prat de la Riba y el convento de Bartomeu de Bellpuig. "La crisis servirá para replantear ciertas cuestiones", afirma Alcoberro, que asegura que su centro mantendrá horarios y actividades.

Los museos municipales reciben el respaldo económico de sus Ayuntamientos para los gastos ordinarios, mientras que la Generalitat subvenciona las actividades. "Pese a los rumores de que este año no se convocarán las ayudas, confío en que solo se reduzcan", dice Lluís Figueres, director del museo Darder de Banyoles, que ha suspendido una exposición y abre solo los fines de semana.Los museos Darder de Banyoles, el del Memorial del Exilio de La Jonquera, el Museo del Empordà Figueres y el Comarcal de la Garrotxa han suspendido la exposición Territori Maquis que llevaban preparando dos años y que tenía que haberse inaugurado el 26 de febrero. "Tenemos necesidades y hemos de priorizar", asegura Lluís Figueres, director del museo de Banyoles. Según Figueres, "con crisis la cultura es lo primero que se recorta y los museos antes que otros centros, porque no hemos sabido vendernos como han hecho las bibliotecas. Resistiremos, pese a que, además de los recortes municipales, han caído muchas exposiciones que venían de las obras sociales" explica. El museo Darder, que reabrió en 2007 tras una profunda reforma que costó más de dos millones de euros, lo gestiona el consorcio del lago y desde junio de 2010 solo abre dos días.

Carme Clusellas, directora del Museo de Granollers y presidenta de la Asociación de Museólogos de Cataluña, que agrupa a más de 500 profesionales, cree que la Generalitat mantendrá las ayudas aunque "cerrará líneas, redirigirá proyectos y cambiará calendarios". Según explica, la mayoría de museos de la provincia de Barcelona han elaborado los presupuestos de 2011 porque "a finales del año pasado la Diputación dijo que suspendía los grandes proyectos de reforma pero mantenía las aportaciones para actividades comunes". Sin embargo, cree que son pocos los museos que podrán mantener los compromisos previstos. "Ha sido una suerte que los Ayuntamientos destinaran recursos del Plan Zapatero para equipamientos culturales y que entre 2008 y 2010 se inaugurasen proyectos como el museo de Ca n'Oliver en Cerdanyola, el centro de interpretación de Puig Castellar en Santa Coloma de Gramenet y la reforma del museo de Badalona, pero esa etapa ya se ha acabado", asegura. Según la gestora, "los museos han sido instrumentos de prestigio, pero no siempre se ha pensado en cómo darles viabilidad económica para hacerlos funcionar". La peor parte, según explica, se la llevan "la investigación y la adquisición, que nunca han sido líneas apoyadas".

Otra vertiente de la crisis que apunta Clusellas es la de la precaridad laboral. El museo Molí Paperer de Capellades, con 50 años de historia, -un centro atípico que se autofinanza en el 70% y que vive de las visitas escolares (25.000 de las 30.000 que recibió en 2010) y de la venta de productos de papel-, ha visto reducir un 10% el número de sus visitas. "La tendencia sigue a la baja, hemos ajustado muchísimo el gasto y tenemos que buscar patrocinio para conseguir el 15% o el 20% que el Museo de la Ciencia dejará de aportar a nuestro presupuesto. De entrada no hemos podido contratar a los monitores especializados, por lo que hemos recurrido a los planes de ocupación", explica la directora, Victoria Rabal. "No podemos quedarnos parados, hemos de buscar la excelencia, compitiendo con otros museos y centros culturales", explica.

La crisis, para Clusellas, ha de servir para reflexionar sobre lo prioritario, la viabilidad de los nuevos museos nacionales y para crear un nuevo modelo de museos. "Hasta ahora cuando se pensaba en crear uno nuevo se recurría a la Administración al 100%, pero debemos pensar en la participación de empresas y fundaciones, ya que el patrimonio es de todos. Además, permitiría que un museo no esté sujeto a la voluntad política", asegura.

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La Asociación de Museólogos celebra mañana su asamblea anual. Seguro que sobre la mesa estará presente la crisis y todas las acciones posibles para combatirla.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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