"Desaconsejé muchas modificaciones"
El primer contrato elaborado por Mariano Camio y Julián Argilagos desoyendo según la fiscalía la prohibición impuesta por la Comisión Ejecutiva de la Fundación se firmó en 2001 y se acordó que el diseño del museo tendría un presupuesto de ejecución material de 6.611.133 euros y que los honorarios a abonar la empresa de Argilagos Hemen Art ascenderían a un total de 510.860 euros.
Cuatro años después, tanto el presupuesto que ascendió a 15.025.000 euros como los honorarios de Argilagos ascendieron a 1.126.830 euros gracias a una clausula en el contrato del arquitecto cubano en virtud de la cual la retribución a percibir sería proporcional al coste. Argilagos señala que "desaconsejó muchas de las modificaciones que se realizaron en algunas fases del proyecto" como por ejemplo, la elevación de 75 centímetros la altura del edificio y que obligó a cambiar los planos estructurales con el consiguiente aumento de los costes. Argilagos, justifica el aumento del presupuesto de 2001 a 2005 "por la carestía de materiales como el acero, el incremento de los costes y la contratación de arquitectos para la firma de los proyectos".
"Camio autorizó que llevara vestidos a Miami para una exposición"
Cuando en 2005 Argilagos decide abandonar Euskadi e instalarse en Miami, el arquitecto asegura que firmó con Camio el traspaso del proyecto del museo a Hemen Fashion Art y el derecho a la Fundación a seleccionar los arquitectos e ingenieros para concluir el proyecto, además de su nuevo cargo como asesor. Argilagos declara que Camio no cumplió con lo estipulado y al mismo tiempo hizo un contrato con la sociedad Eptisa-Cinsa por un precio de 215.731 euros aunque finalmente ésta tampoco cumplió con los requisitos para para la construcción del museo. "Tanto la ingeniería Eptisa-Cinsa como el arquitecto Mikel Alonso, quien firmó los proyectos en su primera y segunda fase, el proyecto bufo y el movimiento de tierra, me cedieron los derechos de propiedad intelectual de la ingeniería y la arquitectura del museo, firmados ante notario y registrados en España y en EE UU", afirma Argilagos.
Sobre la polémica de las prendas de Balenciaga, supuestamente 15, que se llevó Argilagos a Miami en 2005, el arquitecto asegura que el motivo de llevarse la colección fue la puesta en marcha de una exposición en Miami y que estaba autorizado a hacerlo: "Mariano Camio estaba de acuerdo y firmó un contrato para que pudiera llevarme los vestidos. No había nada oculto en lo que hice, pero ahora resulta que nadie lo sabía en la Fundación".
A través del prestigioso gabinete de abogados Cuatre Casas, la Fundación exigió a Argilagos la entrega de los vestidos del modisto de Getaria. "Socilité que la exposición se quedara en Miami un tiempo porque queríamos hacer muestras de alta costura en una galería que íbamos a abrir, pero Cuatre Casas a través de una notificación me comunicó que devolviera la colección y que la policía y la Interpol estaban sobre aviso si no lo hacía en 24 horas. Nunca tuve intención de quedarme con nada. Tardé más de un día en devolver los vestidos porque era imposible embalarlo todo y mandarlo en tan poco tiempo pero finalmente se enviaron y ahí se acabó la historia. Volví a sentir que era una cacería de brujas", concluye sus declaraciones.
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