_
_
_
_
_

Integración real

El Ayuntamiento de Granada cuenta con 24 funcionarios de carrera con discapacidad intelectual

La historia de Casto Castillo y de Mari Cruz Ocaña es, como la de 22 personas más, una muestra de integración plena y real. Son funcionarios de carrera con discapacidad intelectual que trabajan en el Ayuntamiento de Granada. Nueve de ellos han tomado posesión esta semana. El Consistorio granadino fue pionero en la convocatoria de oposiciones especiales para este colectivo. Ya se ha celebrado la tercera y, tras esta experiencia, otros municipios andaluces y de otras comunidades, como el País Vasco, han pedido información sobre el procedimiento a seguir.

Casto Castillo es síndrome de Down y lleva en el Ayuntamiento de la capital granadina desde 2001. "La edad no la digo que pertenece a mi intimidad", afirma resuelto. Le ha costado sacar su plaza, pero asegura que "con trabajo todo se puede lograr". Sonríe, como cada día en la "zona noble" del Consistorio, que es donde dice orgulloso que desempeña su trabajo. "Llevo los papeles a los jefes, ordeno el salón, atiendo al teléfono y hago fotocopias". Esas son algunas de las funciones que tiene como subalterno de Alcaldía.

Mari Cruz Ocaña está adscrita al área de Economía. "Quiero seguir aquí hasta que me jubile", apunta. Ha obtenido la mejor nota de esta convocatoria y ha contado con la ayuda de la asociación Borderline. La directora de Personal del Ayuntamiento, María del Carmen Orantes, reconoce que se ha "sorprendido mucho" del nivel tan alto de conocimientos que tienen. El temario de oposición se ha adaptado sin perjuicio del respeto a las exigencias legales. Lo más complicado, sin duda, la Constitución. "Tenía la cabeza como un bombo con lo de las leyes", comenta Castillo.

La parte práctica les era más familiar puesto que la mayoría de los que han logrado la plaza ya llevaban años trabajando en el Ayuntamiento. "Cómo entrar en un despacho, hacer fotocopias, cómo atender las llamadas o trasladar documentación a otras sedes son los aspectos tratados", relata Mari Martín, coordinadora de formación e inserción laboral de la asociación Síndrome de Down de Granada. Ella es una de las que empezó hace años este proyecto de superación que, subraya, "realmente permite una integración total". De hecho, dos de estos funcionarios se han independizado y comparten piso con otros chicos con y sin discapacidad.

Un psicólogo, una trabajadora social y técnicos tutores laborales de cada una de las asociaciones implicadas (Síndrome Down, Aspace, Asprogrades, Borderline y Síndrome Asperger) colaboran en el ajuste puesto-persona. El 4% de la población en edad de trabajar en Andalucía presenta algún tipo de discapacidad, según el INE.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_