"La causa de las mujeres es más difícil que vencer una enfermedad"

El comisario europeo de Desarrollo, Andris Piebalgs (Letonia, 1957) acaba de finalizar su visita a España dentro de una gira para abordar los cambios de la Unión Europea en materia de desarrollo y cooperación -concentrar las ayudas, fundamentalmente- e intentar asegurar el mismo nivel de donaciones en los duros tiempos de la crisis. Durante su visita se ha entrevistado con la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, parlamentarios, ONG y colectivos ciudadanos. Tras los contactos, se reafirma en "la idea de que España está en el grupo de campeones de la solidaridad".

Pregunta. ¿Le está resultando difícil obtener fondos en medio de tanto recorte?

Respuesta. La Unión Europea es el primer donante del planeta. 50.000 millones anuales para ayudar a los países pobres. A pesar de las actuales dificultades económicas, el esfuerzo para llegar a destinar el 0,7% del producto interior bruto a la ayuda al desarrollo antes de 2015, es muy notable.

"Creo que, en términos absolutos, las donaciones este año serán menores"

P. A la hora de cumplir este acuerdo de los Objetivos del Milenio para 2015, ¿qué países se muestran más renuentes?

R. Grecia, Portugal e Italia apenas aportan el 0,2% de su renta nacional. Estoy muy satisfecho con España, es un porcentaje muy meritorio porque se partía de niveles mucho más bajos. Desde 2004, los españoles han duplicado su aportación a la solidaridad.

P. ¿Y los más generosos?

R. Luxemburgo, Dinamarca, Suecia, los Países Bajos. Están por encima del 0,7%. Y Reino Unido está haciendo un esfuerzo realmente extraordinario. También Bélgica. Aun así, esta crisis es muy grave. Los recortes están siendo durísimos y es muy difícil resistir la tentación de no reducir las aportaciones humanitarias. Yo estoy visitando a todos los países para que mantengan las donaciones. Me entrevisto con ministros y ciudadanos. Trabajamos mucho en ello.

P. ¿Lo está consiguiendo?

R. Bueno, nadie dice abiertamente que no está de acuerdo con donar el 0,7%. Pero a la hora de soltar el dinero... esa es otra cuestión. Creo que, en términos absolutos, la recaudación de este año previsiblemente será menor.

P. ¿Con qué argumentos animar a los renuentes?

R. El ético y humanitario está en primer lugar. Es inadmisible mantener a 1.500 millones de personas en la pobreza total. Pero también creo que si no les ayudamos, los problemas los vamos a sufrir también nosotros. Habrá más guerras, revueltas, inmigración incontrolada... que nos afectarán a todos.

P. El Libro Verde que ha elaborado la Comisión para mejorar la política de desarrollo de la UE augura un aumento del terrorismo si no se reduce pronto la miseria.

R. Sí, porque los países de economía más débil son caldo de cultivo para el terrorismo, la piratería, el tráfico ilegal y toda clase de criminalidad. Malí, Niger, Mauritania, y otros muchos están en una situación muy difícil. Esas condiciones de pobreza y debilidad generan huida de capitales, ilegalidad, inseguridad. Y de eso se aprovechan los traficantes de drogas, los terroristas. Los criminales necesitan Estados débiles.

P. ¿Por qué el apartado de la ayuda a la mujer y la reducción de la mortalidad infantil es el que menos avanza?

R. Es uno de los aspectos en los que centramos la reforma que pretendo consensuar antes de que acabe 2011. Es un problema muy difícil. Más difícil que combatir una enfermedad concreta. Pero nos estamos esforzando, tanto en aumentar los fondos de la ayuda como en recabar la colaboración real de los países receptores. La igualdad en la educación es una nuestras metas. En los últimos 10 años hemos logrado que el 40% de los niños y niñas de un país tan complejo como Afganistán vayan a la escuela, aunque debemos aumentar también la calidad.

P. Un buen gol para los talibanes, lo de las niñas.

R. Si, pero aún queda un 60% por resolver. No lo olvidamos. Siempre hay luces y sombras. El referéndum de Sudán ha sido positivo. La fragilidad de Liberia como país nos preocupa. La energía limpia que estamos introduciendo en África da buenos resultados; la lucha contra la corrupción, en cambio, continúa acaparando una cantidad ingente del presupuesto. Es así, procuramos mejorar.