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Reportaje:

Con la marcha de la crisis

Varios de los proyectos de vivienda donostiarras avanzan a escasa velocidad o están parados - Algunos planes urbanísticos tienen diez años de antigüedad

Grúas, paneles informativos, solares vacíos y, en muchos casos, absolutamente nada. Varios de los proyectos donostiarras de vivienda ideados hace años marchan a escasa velocidad, con retraso o, simplemente, están en punto muerto. La actual coyuntura económica, que afecta especialmente al sector inmobiliario, y la lentitud inherente a cualquier proyecto urbanístico explica las demoras de los últimos años. Sin embargo, muchos de estos proyectos tienen su fecha inicial más allá del comienzo de la crisis.

El plan urbanístico para Auditz Akular, en el barrio de Alza, es un claro ejemplo de ello. El Ayuntamiento donostiarra destacó en el año 2000 la necesidad de acometer esta operación. Tras varios años de retrasos y de cambios en el proyecto -pasó de la construcción de 2.800 viviendas, de las que el 80% serían VPO, al planteamiento de 3.059 viviendas, el 36% de protección oficial-, se prevé que las obras de Auditz Akular comiencen a finales de este año.

"Ha habido exceso de optimismo", cree un portavoz municipal de EA
"La crisis afecta a promociones en marcha", afirma el edil de Urbanismo

Desde 2005, los vecinos de Txomin Enea, un barrio situado en el extrarradio de San Sebastián, se hallan a la espera de la construcción de 1.233 viviendas, el 75% de ellas VPO, y del traslado de la cárcel de Martutene a Zubieta. Las obras están inmersas en un pronunciado letargo y la reubicación de los vecinos tras la reconstrucción ha generado dudas a algunos ciudadanos que temen salir mal parados. El Ayuntamiento contempla en sus presupuestos de 2011 comenzar a finales de año con los trabajos, para los que ha destinado 7,3 millones de euros.

Uno de los proyectos más potentes para San Sebastián, concebido en 2006 y cuyo principal promotor fue el Gobierno vasco, era la edificación de 4.000 viviendas (un 80% de protección oficial), varias zonas verdes y equipaciones deportivas en Antondegi, un polígono residencial que se pensó para el barrio de Martutene. Cinco años después, esta operación también sigue sin avanzar.

El proyecto codirigido entre el Ayuntamiento y el Gobierno vasco para Morlans, concebido como un "nuevo centro" para San Sebastián, contemplaba la construcción de 584 viviendas de protección oficial, así como parques, supermercados y un colegio. Después de nueve años de retrasos, propiciados por una demora en el trazado de la variante ferroviaria y las protestas de padres y madres de un colegio que se debió derruir para que el proyecto se pueda llevar a cabo, las obras llegan a su fin.

Riberas de Loyola, que se consideró la última gran reserva de terreno llano de la ciudad sin urbanizar, es el principal reflejo de la crisis inmobiliaria en San Sebastián. En 2006 comienzan las obras del barrio, con la construcción de 178 viviendas en régimen de protección oficial. Al año siguiente, abre el primer local del barrio, una entidad bancaria, y en 2008 Riberas de Loyola acoge ya a 2.122 personas. Pero la crisis frena las obras, que aún hoy no han concluido, e igualmente la venta de casas. Actualmente, se estima que en el barrio hay 750 casas vacías.

"Riberas de Loyola es el ejemplo claro de que la crisis afecta a promociones en marcha", apunta el concejal de Urbanismo donostiarra, Jorge Letamendia, quien cree que "si las promotoras hicieran un ajuste de precio en las viviendas, las venderían".

Asimismo, Letamendia rechaza que la crisis haya afectado a San Sebastián de una manera más profunda y apunta: "El problema de fondo es que a las promotoras de vivienda les está costando hacer un ajuste de precios y que hay una situación pavorosa de falta sistemática de créditos al comprador por parte de las entidades financieras".

El portavoz municipal de EA, Ricardo Burutaran, sostiene, por su lado, que "la crisis, en algunos casos, no sirve para explicar estos problemas, dado que la puesta en marcha de algunos proyectos es anterior". Burutaran asegura, además, que algunas actuaciones han sido presentadas "como de inmediata puesta en marcha", cuando "aún no se tenía la titularidad de algunos terrenos". "Se ha pecado de ser excesivamente optimista", concluye.

La evolución de los proyectos

Varios de los proyectos urbanísticos donostiarras, algunos concebidos varios años antes de la crisis, han visto frenado su desarrollo.

- Auditz Akular. La idea de este plan urbanístico para el barrio de Alza se remonta al año 2000. De las 2.800 viviendas que se plantearon inicialmente, de las que el 80% serían VPO, se ha pasado a 3.059 casas, el 76% de protección oficial. Está previsto que las obras comiencen a finales de este año.

- Txomin Enea. La idea de este proyecto se planteó en 2005. Txomin Enea es un barrio situado en el extrarradio de San Sebastián, en la vega del Urumea, que tiene graves problemas derivados de su cercanía al río. El plan prevé la construcción de 1.233 viviendas, el 75% de ellas de protección oficial, y el traslado de la cárcel de Martutene a Zubieta. El Ayuntamiento donostiarra contempla en sus presupuestos de 2011 comenzar a finales de año con las obras.

- Antondegi. Fue concebido en 2006 como una de las actuaciones urbanísticas más importantes para la capital guipuzcoana. Se planteó la construcción de 4.000 viviendas, el 80% de ellas VPO, varias zonas verdes y equipaciones deportivas en un polígono residencial en Martutene. Cinco años después, esta operación sigue guardada en un cajón. El principal promotor fue el anterior Gobierno vasco.

- Morlans. La idea con este proyecto, que surgió hace nueve años, es crear un nuevo centro en San Sebastián, a medio paso entre Amara, el Antiguo y el centro de la ciudad. Codirigido por el Ayuntamiento y el Gobierno vasco, se contemplaba la construcción de 584 viviendas de protección oficial, así como parques, supermercados y un colegio. Las obras han llegado finalmente a su conclusión.

- Riberas de Loyola. La última reserva de terreno llano sin urbanizar en San Sebastián comenzó a dejar de serlo en 2006, cuando se construyeron 178 viviendas en régimen de protección oficial. En 2007, se inaugura el primer local del barrio, una entidad bancaria. En 2008, Riberas de Loyola acoge ya a 2.122 personas. No obstante, con la llegada de la crisis, las obras se frenan, así como la venta de pisos. Por este motivo, en este barrio se estima que hay 750 viviendas vacías. El Ayuntamiento, asimismo, pretende dinamizar este terreno con la construcción del Jardín de la Memoria.

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