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Columna
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Mítines

Carlos Boyero

Nunca supimos que ocurrió con aquel chaval que se plantaba en soledad y desarmado delante de los tanques en la plaza de Tiananmen, en el foco de una revuelta aplastada contra los inamovibles mandarines del proletariado chino. Imagino que no tuvieron más remedio que reeducarlo a balazos, que estará criando malvas en alguna tumba anónima. Pero el aroma desgarradamente lírico de ese grito ante el estado de las cosas, de la resistencia moral enfrentándose a la fuerza en una batalla tan desigual, tiene valor imperdurable.

Como el de esa multitud que lleva 12 días en la plaza de Tahrir exigiendo democracia y el destierro de los faraones, aguantando las embestidas de mercenarios y maderos disfrazados de civiles que sueltan latigazos medievales desde camellos y caballos, rodeados por un ejército que no interviene pero que ateniéndose a la lógica y la disciplina militar puede abrasar a la vociferante gleba en cualquier momento. Y entiendes el lamento y la frustración de la disidente cubana Yoani Sánchez cuando al observar lo que ocurre en El Cairo siente que les han emplazado a ellos y la consecuente vergüenza ante la inercia de su pueblo.

Aquí no hay que luchar por la inaplazable democracia, es envidiable sistema político que deja sin trabajo a casi cinco millones de personas. Sorprendentemente, no se atrincheran en una plaza exigiendo cuentas a los culpables de su infortunio. Pero abundan los mítines peperos y sociatas en los que multitudes (a ser posible con toque interracial, con variadas coloraciones de piel rodeando en primera fila a los líderes que tienen el remedio para salvar el país) agitan banderitas, hacen signos de victoria, exteriorizan el entusiasmo hacia el partido de su alma con aplausos y cánticos.

Y entiendes que los actores principales y los secundarios están practicando su oficio, ganándose el pan o el caviar. Pero, me pregunto qué paga han donado a tan numerosa y entregada clac. ¿Sacarlos a perpetuidad de las listas del paro, conserjerías en las administraciones públicas, alcohol y drogas gratis antes y después de cada mitin? Que alguien desvele este misterio. Sería fantástico que en las próximas elecciones los unicos votos legibles fueran los de los mitineros. Que el resto estuvieran en blanco.

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