"Me hallé rodeado de cuerpos destrozados"
La sala de espera del sector llegadas del aeropuerto de Domodédovo se encontraba repleta de gente cuando se produjo el atentado. Entre la multitud había gran cantidad de taxistas. "Un grupo de conductores de taxis que esperaban en la sala fue golpeado de lleno por la explosión. Pedazos de sus cuerpos nos han recubierto. No sé cómo me salvé. Tenía cuerpos destrozados alrededor de mí. Quizás ellos me salvaron", relató ayer a la agencia Reuters Artyom Zhilenkov, un taxista de 30 años, señalando restos de carne humana en su abrigo después de que se produjera el ataque. Espesas gotas de sangre eran visibles hasta en el asfalto cubierto de nieve en las zonas limítrofes a la sala de espera.
"Estaba esperando a unos pasajeros", indicó a una radio local Serguei, otro taxista. "Estaba en el medio de la multitud. Delante de mí había un hombre. Estalló la bomba, y fue recubierto por las entrañas de otras personas. Estaba todo ensangrentado. Le pregunté: ¿está usted vivo? Me dijo que sí".
"La explosión fue justo cerca de donde estaba yo. No resulté herida, pero fui arrastrada por la onda expansiva. La gente caía. La sala se llenó de humo, había mucho humo", recordó por su parte Yekaterina Alexandrova, una traductora que esperaba a un cliente. "Muchos de los heridos salieron al exterior por su cuenta. Estaban en estado de shock", dijo Alexandrova.
Pavel intentó ayudar algunos de ellos. "Vi a una mujer, me pareció que estaba muy mal. Acompañé entonces primero a un hombre herido al exterior. Cuando regresé, la mujer ya había muerto. El personal médico llegó bastante rápidamente, pero la sala de atención de urgencias me pareció muy pequeña para un aeropuerto de semejante tamaño y con tanto tráfico de pasajeros", comentó Pavel.
Algunos testigos británicos relataron a la BBC que después de la explosión no se oyeron mensajes por la megafonía del aeropuerto ni en ruso ni en inglés y que los pasajeros deambularon por la terminal sin recibir ordenes de evacuación o instrucciones sobre qué hacer.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.