Coltrane para menores
- 3.500 escolares descubren el jazz en unas jornadas didácticas - Un cuarteto presentaba los instrumentos y estilos a los niños
La mañana no resulta quizá la hora más propicia para escuchar jazz. Tampoco es una música que se asocie con los gustos de los chavales, ni con las actividades escolares. Sin embargo, los espectadores que han acudido esta semana a los conciertos de la Sala BBK rompen con esos clichés: son niños de Primaria, de entre cinco y diez años, que acudían a escuchar jazz a las diez y media de la mañana.
Los pies no les llegan al suelo cuando se acomodan en las butacas a la espera de que se apaguen las luces y empiece el espectáculo. Lo del jazz les suena a chino, pero saben que van a escuchar música. El cuarteto Ta Ta Ta Jazz, integrado por un pianista, un contrabajista, un batería y la cantante, atrapa la atención de la mayoría, mientras un actor con chistera negra guía a los niños durante la actuación, presenta los instrumentos y anima el cotarro.
La sala BBK ha acogido a los alumnos en una serie de sesiones matinales
"Si escuchan de otra manera, nos conformamos", aseguran los organizadores
El concierto de anteayer fue el último de unas jornadas didácticas a las que han asistido 3.500 escolares de Vizcaya. "No es una clase de música", advierte Gorka Reino, de Jazz On!, la empresa organizadora de las jornadas didácticas. "Nos conformamos con que distingan los instrumentos y conozcan el ritmo y la improvisación. Y que escuchen la música de otra manera", abunda.
Para calentar el ambiente, los niños reciben unas fichas para colorear con dibujos de cada uno de los instrumentos. El patio de butacas se divide en grupos que siguen a los distintos intérpretes, agitando las fichas cuando al músico que les corresponde le llega el momento de lucirse. "Identificarse con uno de los instrumentos les ayuda a mantener la atención", añade Reino. ¿Resulta difícil para los menores empezar con el jazz? "Los niños tienen capacidad para conectar con todo tipo de música. ¿Por qué no el jazz? Es una música contemporánea, con unas bases rítmicas que se adaptan a sus gustos", responde.
Entre las melodías que suenan los pequeños reconocen temas infantiles, como Pintto, pintto o Debajo un botón, pero también joyas clásicas, como My Favorite Things, el tema de Sonrisas y lágrimas que entró con John Coltrane en el terreno del jazz. En el concierto se explica lo que son el blues, la bossa nova o la improvisación. "Lo más importante es que las propias canciones no sean largas, y que no contengan muchos solos de un único instrumento", señala la cantante Itxaso González.
En poco más de 45 minutos acaba el concierto. Entonces comienza otra fiesta: los alumnos pueden subir al escenario, ponerse a cantar ante el microfono, convenientemente situado a su altura, y tocar los instrumentos. Hay quien aporrea las cuerdas del contrabajo como si estuviera derribando una pared, mientras otro con soltura arranca del piano la melodía de Mamma Mia!. Pero la estrella es la batería. "Les alucina el sonido. No se echan atrás cuando les digo si quieren tocarla", apunta Juanma Urriza, el percusionista del grupo.
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