El Madrid se instala en el malestar

José Mourinho convive desde hace semanas con la impresión de que la Liga se le escapa. Esa impresión se aproximó a una convicción en Almería, después de que el Madrid perdiera dos puntos (1-1). Su malestar se volvió rabia cuando tras el partido supo que Jorge Valdano, el director general madridista, había bromeado en el palco ante la pregunta de Canal+ dirigida a saber si ficharía al delantero centro que pidió. "Había un nueve en el banquillo", dijo Valdano. Fue una alusión irónica a Benzema, jugador protegido por Florentino Pérez a quien Mourinho relegó a la suplencia.

Los directivos del Madrid interpretaron el comentario como un detalle banal. Para Mourinho representó una ruptura. Una ruptura con Valdano y, por extensión, un paso más en su distanciamiento del presidente Florentino Pérez.

El técnico se siente cada día más aislado, y no se ve respaldado por el club

"Son escaramuzas. Estamos encantados con él", transmiten los directivos

"Yo hablé de un nueve en pretemporada", dijo ayer Mourinho, que presentó un aspecto más sombrío que nunca. "Y hablé de un nueve cuando supimos que Higuaín no se recuperaría. En los últimos días quien habla de nueves no soy yo. Me preguntaron por Van Nistelrooy y dije que no podía hablar de un jugador de otro club. Quienes hablan de nueves son las personas que mandan recados. La única historia para mí es que llegué donde llegué pensando con mi cabeza. Ya estoy demasiado mayor para recados en periódicos. A mí los recaditos no me llegan. El equipo lo hago yo. Las decisiones son mías. Y si en algún momento tengo una duda son mis ayudantes quienes me pueden ayudar. Porque obviamente todos los entrenadores tenemos dudas. Pero ya soy un dinosaurio que lleva 50 años en el fútbol como para tener que aguantar recados en periódicos".

El entrenador, cuyo contrato le asegura 10 millones de euros netos al año hasta 2014, intuye que Valdano es un instrumento del presidente. Se siente aislado. Cree que sus requerimientos están siendo desoídos, que sus ideas no reciben el respaldo adecuado, y que su autoridad sufre un desgaste por causa de la política del club. Mourinho contabiliza desaires casi a diario. Las filtraciones a periódicos que lo desacreditan, la negativa a renovar el contrato de Pepe después de que él lo pidiera expresamente, el incumplimiento de la promesa de ficharle un nueve a cambio de dejar marchar a Raúl, la negativa a contratar a Hugo Almeida como solución de emergencia, la falta de apoyo que recibió de los dirigentes en su campaña contra los árbitros, o la defensa que el presidente hace de Benzema en contra de su sentido de la meritocracia, son algunos de los asuntos que le atormentan. Su descontento le ha llevado a plantearse dejar el Madrid el próximo verano, como ayer reveló el diario As.

Los directivos del Madrid, que se reunieron ayer, hablaron sobre la situación de Mourinho y llegaron a la conclusión de que lo mejor es no tomárselo demasiado en serio. "¡Estas son sólo escaramuzas! Estamos encantados con él", dijo uno. "Está haciendo un gran trabajo. En seis meses ha conseguido hacerle sombra al mejor equipo del mundo. El 5-0 fue un accidente".

Otro dirigente hizo hincapié en dar carta de normalidad a las diferencias. "Buscábamos a un hombre que tuviera independencia de criterio", dijo, "y no tenemos ningún inconveniente en que discrepe de la junta directiva".

Florentino Pérez contrató a Mourinho fascinado por su carácter "ganador". Desde hace meses percibe que ese carácter puede darle problemas. Está desconcertado. Considera que los reclamos públicos de Mourinho por un nueve son algo parecido a una coartada por si no gana un trofeo. Cree que, en todo caso, fichar a Hugo Almeida es impropio de un club como el Madrid. Piensa que Almeida no tiene calidad del mismo modo que creyó que Higuaín se recuperaría sin necesidad de una operación. Entre una postura y la otra se desencontró con su entrenador, que opinó lo contrario.

Coincidiendo con las tensiones institucionales el equipo ha perdido firmeza y buen juego. Mourinho tranquiliza a la hinchada: "En los últimos tres partidos el adversario ha marcado antes que nosotros, pero nosotros no hemos perdido nunca", advirtió. "Remontamos contra el Villarreal, contra el Atlético, y empatamos contra el Almería. Y contra el Villarreal remontamos con el mismo equipo que inició el partido en Almería. Sin delantero centro y con Kaká arriba. ¿Por qué voy a estar preocupado con un equipo que remonta? Me preocuparía si mi equipo sufriese, si no tuviera capacidad de reacción, ni carácter para cambiar el partido. Eso sí sería una grandísima preocupación".

El técnico no pudo ocultar su nerviosismo. Su equipo ha batido un récord de puntos en la primera vuelta (48) pero ha perdido seis puntos en visitas a campos menores (Mallorca, Levante y Almería). No olvida que el último tramo de la Liga lo llevará a Villarreal, San Mamés, Pamplona, Mestalla y el Sánchez Pizjuán, todos campos hostiles.

El malestar de Mourinho con el club no es nuevo. Tras el partido contra el Sevilla en el Bernabéu denunció que la estructura del Madrid no funcionaba. "Nadie [en el club] defiende al equipo", dijo, y retó públicamente al presidente a hacer una reforma: "¡Pido una reunión con Florentino!". El presidente procuró tranquilizarlo. Un mes después, Mourinho comprueba que las cosas han empeorado.

-"Se le nota a disgusto", le preguntaron ayer, en su conferencia. "¿Por qué?".

-"Porque me quiero marchar", respondió el técnico, sonriendo por primera vez. "Me quiero marchar...".

Mourinho no acabó la frase y dejó que el doble sentido sembrara las incógnitas: ¿Quiere abandonar una conferencia de prensa o quiere irse del club? El mensaje estaba lanzado. Otra vez. Pero Florentino Pérez, que está muy preocupado, prefiere no responder.