El primer ministro irlandés logra el apoyo de su grupo
Cowen supera una votación de confianza de sus diputados
El taoiseach (primer ministro) de Irlanda, Brian Cowen, salió airoso anoche de una batalla por la supervivencia política en medio de una crisis interna que amenazaba con debilitar aún más al Gobierno que encabeza el Fianna Fáil. Tras una semana de especulaciones, Cowen anunció el domingo que pensaba seguir como líder del partido y convocó para anoche al grupo parlamentario para someterse a una votación de confianza. Quería comprobar así si aún contaba con el apoyo de sus diputados para seguir al frente del partido, aunque en cualquier caso espera seguir encabezando el Gobierno hasta las elecciones que se esperan para marzo. Finalmente, los representantes del Fianna Fáil le otorgaron anoche su confianza.
Uno de los pesos pesados del Gobierno, el ministro de Exteriores, Micheál Martin, se había pronunciado abiertamente contra Cowen en los días previos a la moción. Anoche, tras conocer su victoria, el primer ministro aceptó la dimisión de Micheál Martin.
La crisis se precipitó después de que hace unos días trascendieran unas conversaciones hasta entonces secretas del primer ministro con el entonces presidente y alma máter del Anglo Irish Bank, Séan FitzPatrick, en julio de 2008, justo en vísperas de que el Gobierno se decidiera a intervenir el banco que más problemas ha causado al deteriorado sistema financiero irlandés.
Cowen ha admitido que en aquellos días jugó al golf con FitzPatrick y que cenó con él y con otros directivos del banco y otros políticos, pero que no se abordó la cuestión de la intervención.
Debilitado aún más desde el estallido de ese escándalo, Cowen parecía dispuesto a dimitir hasta que llegó a la conclusión de que aún tenía apoyos suficientes en el grupo parlamentario y se decidió a presentar la moción de confianza. Pero la verdadera razón de la crisis es que la intervención de la UE y el FMI para salvar al país de la quiebra han provocado el definitivo desplome del Fianna Fáil, que según los sondeos solo obtendría el 14% de los votos en las elecciones generales y podría caer a 12 diputados, por debajo incluso del Sinn Féin.
Ese desplome ha desatado los nervios en una formación que presume de ser más que un partido político y que ha dominado la política irlandesa. Pero en Irlanda apenas hay diferencias ideológicas entre el Fianna Fáil y su gran rival, el Fine Gael. El mapa electoral es el resultado de las viejas fidelidades casi tribales de los irlandeses desde los tiempos de la guerra civil que siguió a la independencia de Reino Unido y de las personalidades de cada momento político.
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