El lío del peaje a la T-4

Uno va conduciendo tranquilamente, desde Madrid, en dirección al aeropuerto, dispuesto a tomar ese deseado vuelo o a recoger al que llega cargado de equipaje. Y pensando en si el avión tendrá retraso o en si conseguirán llegar las maletas, se encuentra con los desvíos a Barajas. Por un lado, la señal de "Aeropuerto", sin más. Por otro, el cartel que señala el acceso a la Terminal 4, que fue inaugurada en febrero de 2006, y que indica que la carretera que permite llegar hasta allí, la M-12, es de peaje.

¿Y qué ocurre si se quiere llegar hasta la nueva terminal sin pagar un solo euro? Pues que se puede ir también por la carretera que indica el cartel en el que pone "Aeropuerto" únicamente, aunque no se especifique que por ella se llega a la nueva terminal. La carretera de peaje pertenece a la empresa concesionaria Obrascón Huarte Lain (OHL). Recibió dicha concesión en 2002 por un periodo de 25 años.

El tiempo de acceso es prácticamente similar, aunque algunos conductores aseguran que cuando se llega desde la zona sur de Madrid merece la pena tomar el peaje. Si se accede al aeropuerto desde la M-40 Sur, que es la tarifa más cara de todas, por ejemplo, llegar hasta la T-4 costaría 1,80 euros. El tramo más barato se abona entrando desde la M-50, que en hora valle apenas costaría 45 céntimos y en hora punta unos 95 céntimos.

Sin embargo, en algunos de los accesos desde la carretera de Burgos (A-1) no hay carteles de indicaciones directas al aeropuerto, sino que solo se ven los carteles del peaje.

Además, Madrid ofrece alternativas para llegar a la terminal sin el coche. La línea 8 de Metro acaba justo en la T-4, y desde la capital hay varias líneas de autobús, incluida una nocturna que se inauguró en octubre. Metro o autobús cuestan dos euros. Además del peaje, se ahorra gasolina.