Un muro enfrenta a vecinos y a la Iglesia en Las Vistillas
El arzobispado cerca de hormigón el jardín del seminario
El arzobispado de Madrid construye un muro perimetral de al menos 30 metros de longitud por dos de altura en torno al seminario diocesano, en la fachada posterior del conjunto basilical de San Francisco el Grande. El muro reemplaza a otro edificado sobre un vallado histórico, cuyos restos de pedernal afloran ahora. El área es considerada Bien de Interés Cultural. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en sentencia 411/2010, anuló la modificación del último Plan General de Ordenación Urbana que elabora el Ayuntamiento y que, antes del fallo judicial, permitía actuar sobre la misma zona en la que ahora se ejecuta la obra acometida. El fallo judicial fue recurrido por el arzobispado y se halla en fase de tramitación.
El barrio invoca una sentencia judicial que paró el proyecto de Curia
La actuación, a base de maquinaria de tonelaje, se despliega en un entorno arbolado y ajardinado dispuesto en aterrazamiento. Este paraje es escenario de incesantes impugnaciones vecinales por ser el lar de un futuro megaproyecto de la Iglesia para edificar en él su curia, sede administrativa del arzobispado, en torno al parque de la Cornisa y el seminario. El plan eclesial, consensuado con el Ayuntamiento, concita rechazo en el barrio, cuyos moradores se oponen a la construcción invocando argumentos paisajísticos y de protección patrimonial.
Así, la fachada de uno de los edificios previstos en el proyecto adquiere sobre plano 150 metros de longitud, dimensión que preludia un macizamiento constructivo devastador de la belleza de este enclave, que dibuja la línea del paisaje histórico de Madrid inmortalizada por Francisco de Goya en pleno corazón de Las Vistillas. Basándose en ello, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid detuvo el proyecto y admitió la argumentación de los vecinos.
La asociación de Amigos de la Cornisa de Las Vistillas así como Ciudadanía y Patrimonio, que integra plataformas ciudadanas de defensa del legado histórico-artístico de Madrid, denunciaron ayer la construcción de este muro. Asimismo, atribuyen al arzobispado la tala de numerosos árboles y la desaparición de una columna de orden toscano, que data de fines del siglo XVI y que estuvo emplazada hasta hace unas semanas en un remanso del jardín del seminario.
Según el arquitecto Vicente Patón, presidente de Ciudadanía y Patrimonio, este rincón es vestigio del jardín renacentista -único en Madrid- mantenido por los duques de Osuna desde el siglo XVIII hasta su cesión a la Iglesia. "Estamos espantados por la desidia con la que realizan estas obras", subraya Patón. "El nuevo muro perimetral discurre junto a lienzos de la cerca histórica de Felipe IV remozados dos siglos después y que ahora están siendo arrasados", se lamenta.
Precisamente en esta área, cuya importancia arqueológica no parece ser tenida en cuenta por las retroexcavadoras que allí faenan, fue hallado ayer un pináculo de caliza de Colmenar, que presumiblemente servía de remate para una balaustrada u otro componente ornamental barroco del llamado jardín de los Osuna. El pináculo fue trasladado por un vecino a la Escuela Técnica Superior de Arquitectura para su examen, según admitió, "con el propósito de salvarlo de una posible desaparición entre los escombros" de la valla derribada, sustituida por el nuevo muro.
Fuentes del arzobispado aseguran contar con permiso municipal. "Todo lo actuado se realiza con la aquiescencia de la Junta de Distrito Centro y la supervisión de una empresa de arqueología". Se trata de BM3. Sin embargo, el expediente municipal de esta obra no consta en poder de la Concejalía de Urbanismo. Por contra, sí figura el relativo a una actuación en otra zona del seminario, distante unos 100 metros de la anterior. En esa otra parte del jardín, se derrumbó la pasada primavera un lienzo de la cerca que ceñía Madrid desde tiempos de Felipe IV, en el siglo XVII y que fue remozada, conservando paños de la precedente, por Pedro Arnal por encomienda de los duques del Infantado. El informe municipal autoriza únicamente la reparación de este tramo de la valla de cerramiento abatida. Se da la circunstancia de que tal actuación contaba con un dictamen previo desfavorable por parte de la Comisión Local de Protección del Patrimonio.
Por su parte, la Dirección General de Patrimonio, dependiente del Gobierno regional, que debe fiscalizar obras semejantes, fue informada por los vecinos de la nueva actuación del arzobispado. El arqueólogo Carlos Caballero inspeccionó las obras in situ y prepara un informe.
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