La Junta pide ayuda al Estado para reflotar hoteles en la Costa del Sol

La Junta de Andalucía quiere que la Costa del Sol deje de estar vetada para el reparto de incentivos regionales a la actividad hotelera, como ocurre desde 1989, ya que entiende que este programa de ayudas públicas a fondo perdido podría ser un instrumento financiero muy útil para reflotar hoteles en la Costa del Sol, de manera particular, algunos muy señeros en la zona que se han visto abocados al cierre o a la suspensión de pagos.

A lo largo de 2010 han cerrado los hoteles de lujo Biblos, en Mijas, y las Dunas, en Estepona, aunque ha reabierto Los Monteros, de Marbella, al permitir la juez un cambio de propiedad tras permanecer cerrado 15 meses. La nueva propiedad busca financiación para un proyecto de modernización y nuevas dotaciones como una talasoterapia. Además, otro establecimiento tan simbólico como Incosol de Marbella, o conocidos hoteles de cuatro estrellas como los dos Guadalpín de Marbella o Torrequebrada en Benalmádena se encuentran en concurso de acreedores.

No se trataría de subvencionar nuevas plazas, sino de evitar los cierres

La Administración autonómica mantiene conversaciones con el Gobierno central para se cambie el reglamento de los incentivos regionales y que, si no de manera generalizada, se permita en casos muy determinados la concesión de incentivos a empresas hoteleras con intereses en la Costa del Sol.

Desde el año 1989, el litoral malagueño está declarado zona saturada a efectos de subvencionar la apertura de nuevos establecimientos hoteleros por considerar que ya dispone de una oferta suficiente y de que es una zona turística madura, cuando el espíritu de los incentivos es el de fomentar la actividad.

La Junta argumenta que no se trataría en ningún caso de subvencionar la apertura de nuevas plazas, sino de evitar el cierre y modernizar y revitalizar la planta obsoleta.

Los incentivos regionales son ayuda a fondo perdido y normalmente de elevada cuantía -puede llegar a subvencionar el 30% de una inversión-. Uno de los inconvenientes con los que se han topado algunas empresas interesadas en adquirir hoteles en crisis es que las ayudas públicas de los programas ordinarios de la Administración autonómica son muy limitados. Los incentivos regionales son ayuda financiera a fondo perdido que concede el Estado para fomentar la actividad empresarial y siempre para inversión productiva en zonas con deficiencias estructurales que tienen como objetivo último ayudar a corregir los desequilibrios territoriales.

Estos fondos son gestionados por un consejo rector del que forman parte la Dirección General de Incentivos Económicos y las distintas comunidades autónomas, que tiene entre sus cometidos delimitar las zonas promocionales y prioritarias y los sectores de actividad susceptibles de ser incentivados en cada una de ellas. El consejo elabora trimestralmente un informe sobre los proyectos subvencionados y realiza un seguimiento de su incidencia sobre la producción, la inversión y el empleo que generan.

Los incentivos regionales no están condicionados a ningún sector específico de actividad, pues consideran por encima de todo la creación de empleo y la capacidad de generar actividad inducida.

En los últimos dos años, los incentivos regionales han subvencionado la construcción de cuatro hoteles de cuatro estrellas en El Ejido (Almería), Palma del Condado (Huelva), y Rota y Conil de la Frontera (Cádiz) con una cuantía de algo más de 11 millones de euros.

En Andalucía, a partir del 1 de enero de este año pueden ser subvencionados con estos fondos hasta un máximo del 30% de la inversión empresarial -hasta 2010 era el 40%, aunque sólo excepcionalmente se alcanza el tope máximo- y se exige que otro 30% sea autofinanciado por la empresa en cuestión, sin otro tipo de ayudas.