"La discriminación positiva está hoy por hoy justificada"
Teresa del Valle tuvo ayer el detalle de dedicar el Premio a la Igualdad 2010 que le ha concedido Emakunde a sus hijas y sus dos nietos, a los alumnos y profesores de la UPV con los que ha compartido su trayectoria académica y a las Mercenarias Misioneras de Berriz, institución en la que desarrolló parte de su carrera.
Pregunta. ¿Qué ha supuesto la concesión del Premio a la Igualdad de Emakunde?
Respuesta. Cuando lo supe, reaccioné sorprendida y me produjo mucha alegría. Supone un gran honor, porque es el reconocimiento a una trayectoria vital que yo he llevado a cabo por mi pasión por la antropología y mi compromiso por la igualdad. Para mí es muy relevante que fuera propuesta por la Comisión de Igualdad de la UPV. Estoy gratamente anonadada.
"Creo firmemente en la capacidad transformadora de la educación"
P. ¿Cómo definiría su trayectoria profesional?
R. Soy una antropóloga comprometida con el proyecto feminista y orgullosa de mi pertenencia a una institución pública como la UPV, porque creo firmemente en la capacidad transformadora de la educación.
P. ¿Cómo se manifiesta su compromiso feminista?
R. He apostado por ser una estudiosa de la realidad feminista. Uno de mis campos importantes de actuación ha sido el análisis de cómo las diferencias entre hombres y mujeres se convierten en desigualdades en lo económico, en lo político, en los valores y en el universo psicótico.
P. ¿No sigue teniendo connotaciones negativas el concepto feminista?
R. Todo proceso de cambio supone un revulsivo social. El feminismo es un proyecto político con un sustrato social y metodológico que implica una transformación. Es algo que toca a lo más cercano, a las emociones.
P. Ya no se habla con tanta insistencia de la discriminación positiva de las mujeres.
R. En los últimos años se han aprobado leyes que avalan la igualdad de género, pero yo sigo creyendo en la discriminación positiva. Mientras exista una situación de desigualdad, es importante que se mantenga. En los años 70, en EE UU se favoreció que colectivos minorizados y marginados accedieran a becas y ayudas públicas, y Barack Obama es un ejemplo de ello. La discriminación positiva está hoy por hoy justificada. A mí me gusta el ejemplo de la nueva presidenta de Brasil [Dilma Rousseff], quien ha establecido como prioridades de su mandato, por este orden, la lucha contra la pobreza y la igualdad entre hombres y mujeres.
P. ¿Qué opina del recrudecimiento de la violencia machista?
R. Es tremendo. Tenemos que implicarnos todos y trabajar en muchos frentes. De la misma forma que estamos ocupándonos de la violencia política, y yo soy la primera interesada en ese tema, la violencia contra las mujeres es una cuestión de Estado, social, personal, de educación y de preocupación social. Me preocupa mucho el hecho de que muchas víctimas se echan atrás después de presentar una denuncia por maltrato de su pareja. Es posible que esas personas no hayan contado con el arrope social necesario para mantenerse firmes. La sociedad no ha logrado que esas mujeres pierdan el miedo. Necesitan un entorno afectivo y un contexto afectivo institucional, social y familiar que les apoyen.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.