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LOS PAPELES DEL DEPARTAMENTO DE ESTADO

El Pentágono presionó a Turquía para que aceptara el escudo antimisiles

El Gobierno de Erdogan se ha resistido a instalar un radar clave para el sistema defensivo - Ankara exigió a EE UU garantías para no enfrentarse con Teherán

Juan Carlos Sanz

Estados Unidos necesita imperiosamente instalar en Turquía un sistema de radar y otros equipos de lanzamiento del escudo de defensa anunciado en septiembre de 2009 por el presidente Barack Obama, que sustituye al polémico proyecto antimisiles de George Bush. El Gobierno de Ankara solo se ha mostrado dispuesto a aceptarlo si había consenso en el marco de la OTAN, lo que finalmente se produjo en la cumbre de Lisboa del pasado noviembre.

La presión del Departamento de Estado y el Pentágono para que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, autorice el escudo se intensificó al inicio de 2010, en plena crisis interna entre el Ejecutivo islamista y el Ejército turco.

Ankara tampoco ha querido enfrentarse con Teherán, su principal proveedor de energía (36% de su petróleo, 11% del gas natural). Por eso impuso en la última cumbre de la OTAN que no figurara en el acuerdo ninguna mención a Irán, a pesar de que sus misiles representan la principal amenaza para los miembros de la Alianza.

Washington obligó al ministro turco de Exteriores a fijar su posición sobre Irán

Según reconoce la Embajada en Ankara, a Erdogan le preocupa que la implicación turca en el sistema antimisiles sea vista por Teherán como una medida de protección para Israel ante un eventual contraataque iraní.

"Los máximos responsables civiles y militares turcos parecen haber llegado a la conclusión de que una operación militar contra Irán puede ser más perjudicial para los intereses de Turquía que

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un Irán dotado de armas nucleares", informa el embajador en Ankara al secretario de Defensa, Robert Gates.

Cuando Hillary Clinton anunció el sistema de defensa antimisiles justificó la decisión precisamente en "la amenaza de los misiles balísticos de Irán, que se ha desarrollado más rápidamente de lo esperado".

La Embajada de EE UU en Ankara describe en un informe secreto la tensa reunión de 40 minutos de duración mantenida el 12 de noviembre de 2009 entre el ministro de Exteriores turco, Ahmet Davutoglu, y el secretario de Estado adjunto, Philip H. Gordon. "Irán dominó el encuentro", precisa. Turquía se había ofrecido entonces para mediar ante Teherán y permitir el paso por su territorio de uranio iraní para que sea enriquecido en el exterior. Gordon le plantea a Davutoglu que deje clara cuál es la postura del Gobierno de Ankara sobre un Irán dotado de armas atómicas.

"Por supuesto que estamos al tanto del riesgo. Precisamente por eso trabajamos tan intensamente con los iraníes", dijo el ministro de Exteriores.

El Pentágono había puesto las cartas del escudo antimisiles sobre la mesa de Ankara en octubre de 2009. EE UU quiere emplazar en Turquía un radar TPY-2, que desempeña una función vital en el sistema defensivo, y, probablemente, una instalación de misiles THAAD (antiaéreos) para proteger el radar y, de paso, centros militares del este de Anatolia.

El jefe del Pentágono planteó sin tapujos el 6 de febrero de 2010 al ministro de Defensa turco, Mehmet Gonul, que sin un radar basado en Turquía -"la ubicación óptima"- grandes áreas del este del país no estarán protegidas por el sistema defensivo.

El 18 de febrero, el subsecretario de Estado William Burns se volvió a reunir con el general Guner. Este le reconoció que los militares ya no plantean ninguna objeción y solo esperan una decisión política del Gobierno de Ankara. Un alto diplomático turco reveló poco después a los estadounidenses que Erdogan no va a aceptar que Washington siga subrayando la amenaza iraní para justificar el emplazamiento de piezas clave del sistema antimisiles en Turquía.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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