La otra cara de Santo Tomás
Los productos de caserío ya se mezclan con gulas y salmón - 200.000 personas festejan el día en Bilbao y San SebastiánLos servicios de emergencia bilbaínos atienden a 16 personas
Santo Tomás son talos con chorizo, chistorra crepitando, capones y quesos. Diversión y borracheras. Comienzo casi de las vacaciones de Navidad para los jóvenes, oportunidad de lucir y vender sus productos para los baserritarras, pero también quebraderos de cabeza para muchos otros. La festividad reunió ayer entre Bilbao y San Sebastián a más de 200.000 personas, pese a la lluvia, que disfrutaron de un total de 164 puestos de comida, más otros 193 dedicados a la artesanía y los productos típicos del caserío entre ambas ciudades.
En las paradas de San Sebastián, largas colas de baserritarras y arrantzales esperaban a un autobús que les trasladase a la Parte Vieja o a la Plaza de Guipúzcoa, los centros por excelencia de la festividad. Más de 100 autocares se desplegaron por la ciudad y, pese a todo, iban repletos. "Sin lugar a dudas, es el peor día del año para nosotros", explicaba un conductor. "El día de San Sebastián o Nochevieja también son otras fechas con mucha afluencia; sin embargo, todo está algo más disperso. Además, a Santo Tomás viene gente de toda la provincia", añadía
Ambas capitales sumaron más de 350 puestos de comida y productos
Cerca de 100 autobuses especiales se dispusieron en San Sebastián
Por ello, los dispositivos de la policía y de las ambulancias en Santo Tomás son iguales a los de las celebraciones más masivas de Bilbao y San Sebastián. La DYA desplegó cuatro ambulancias en la capital guipuzcoana. Pese a todo, "este año estamos constatando un descenso en las asistencias médicas, que principalmente son por intoxicaciones etílicas y por cortes", indicó un voluntario. Los servicios de emergencia de Bilbao, con un operativo similar al de Aste Nagusia, atendieron a lo largo del día a 16 personas con golpes y contusiones por caídas y resbalones, mientras que los agentes de la Policía Local recogieron 10 denuncias por robo de carteras, según los datos provisionales facilitados por el Ayuntamiento a mitad de la tarde.
Más allá del talo y la chistorra, de la sidra, la txapela y de la cerda Filemona en San Sebastián, la celebración acoge cada vez a más personas y diversifica de año en año sus productos. En esta ocasión, incluso, se prepararon pequeñas cazuelas de gulas en la fiesta donostiarra. Entre los puestos tradicionales también asomaban algunas rarezas en el paseo de El Arenal de la capital vizcaína. "Puff, salmón", exclamó Mirelur, en cuanto saltó a su vista el puesto de Iker Nuñez, que ofertaba degustación de txakoli y pinchos del pescado ahumado. El tendero reconoció que su género se podía catalogar como "extravagante" en una feria como Santo Tomás, "o en cualquier otra". Y añadía: "Siempre somos los únicos". Con dos años de experiencia en el mercado, Nuñez apuntaba que la cita supone una "buena oportunidad" para dar a conocer los productos.
Con la misma excusa, una conservera de Bermeo anunciaba sus anchoas del Cantábrico bajas en sal. El reclamo reunió a un nutrido grupo de personas de avanzada edad que discutían sobre si Santoña debería ser considerada la meca de ese pez. "Venimos para que la gente conozca el producto, aunque a muchos les eche para atrás el precio, pero si es bueno hay que pagar", explicaba uno de los encargados.
Santo Tomás es, por derecho propio, una de las citas más relevantes del calendario festivo guipuzcoano y vizcaíno. De hecho, cada vez resulta más habitual ver a grupos de turistas extranjeros que hacen coincidir su visita a San Sebastián o a Bilbao con el 21 de diciembre. Monica y Rebecca, dos estadounidenses de 24 años de viaje por el norte de España, hicieron escala ayer en la capital guipuzcoana. "En la agencia de viajes de nuestro país nos aseguraron que el día de Santo Tomás es uno de los mejores para conocer la ciudad. Estamos encantadas. Es emocionante ver cómo la tradición aflora de esta manera", afirmó la primera, ataviada con un vestido de casera.
Pero Santo Tomás también es, según los responsables de las tiendas de ropa del centro de San Sebastián, uno de los días con menos ventas de toda la Navidad. Los comercios presentaban ayer un aspecto muy diferente al de los últimos días, de muchas aglomeraciones. "Es un día de descanso para las compras. El frenesí navideño se calma y podemos descansar. Es un día para la celebración", comentaba el responsable de un establecimiento.
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