El asesor sanitario de Mas avisa que sin copago habrá que revisar prestaciones
Vilardell pide una mayor implicación de los profesionales en la gestión
Lidiar con un déficit de más de 500 millones de euros y con un sistema que en los últimos años ha incorporado un millón de nuevas tarjetas sanitarias sin prácticamente incrementar el presupuesto es el reto al que se enfrentará quien tome las riendas del Departamento de Salud del nuevo Gobierno de CiU. Y no podrá recurrir al temido copago de los servicios sanitarios porque el futuro presidente, Artur Mas, reiteró el pasado lunes en el debate de investidura en el Parlament que su Gobierno "no es partidario" de esta medida porque "afectaría a la parte más vulnerable de la población", los jubilados.
Pero el profesional a quien Mas ha encargado que lidere su consejo asesor en materia sanitaria, Miquel Vilardell, advirtió ayer de que un no al copago exige medidas alternativas para garantizar la sostenibilidad del sistema sanitario, entre ellas la revisión de la cartera de servicios, de manera que solo se presten los que son "necesarios y se demuestren eficaces".
El copago perjudica especialmente a los mayores, alertan los especialistas
Vilardell declinó ser consejero por no perder el contacto con los pacientes
Vilardell, presidente del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona y jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital de Vall d'Hebron, presidió el grupo de expertos que en 2005 realizó, por encargo de las consejerías de Salud y Economía del tripartito, un informe para la sostenibilidad del sistema sanitario que puso sobre la mesa el debate sobre el copago en sanidad. Un segundo informe Vilardell presentado el pasado verano reabría la polémica, a pesar de que el presidente del Colegio de Médicos destaca que "en ningún caso se abogaba por el copago directo de los servicios sanitarios" por parte del usuario. Sí aparecía en ambos informes, sin embargo, un concepto que no genera tanta repulsión como el de copago: la corresponsabilidad. A ella debería recurrirse, según defendió ayer Vilardell, si se incorporaran al catálogo de servicios nuevas prestaciones, como la odontología o la podología. También en el caso de alguna prestación que, aun no habiéndose demostrado que es más eficaz que las que ya presta el sistema público, el usuario quiera recibir.
En el debate de investidura Mas ya apuntó, sin entrar en precisiones, la necesidad de "decidir por amplio consenso qué catálogo de servicios" se puede garantizar. Al respecto, Vilardell defendió ayer la existencia de una agencia de evaluación que determine si las prestaciones que ofrece el sistema público son necesarias y eficaces. "En sanidad lo que incrementa mucho el gasto son las nuevas tecnologías y nuevas moléculas, pero solo hay que introducirlas si comportan un plus en eficacia", destaca Vilardell, que defiende, antes que cualquier otra medida, "una reforma estructural" del sistema sanitario que incluya una racionalización de los recursos y la aplicación de nuevas y mejores fórmulas de gestión que supongan una mayor implicación de los profesionales. También pide un incremento del presupuesto en sanidad, aunque Artur Mas ya anunció durante la campaña que para los próximos dos años solo puede comprometerse a mantenerlo.
El nombre de Miquel Vilardell sonó en las primeras apuestas como candidato a suceder a Marina Geli en el Departamento de Salud, pero el médico se "autodescartó", según reconoció ayer, para que Artur Mas no llegara ni a proponerle el cargo. "Hace 40 años que trabajo como médico en Vall d'Hebron y el contacto con los enfermos es lo que me da satisfacción. Lo que quiero es hacer de médico. dejarlo me pesaría mucho", admitió.
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