El mundo necesita a Wikileaks
El mundo está librando una batalla: el poder económico y político contra los ciudadanos. Una guerra donde las armas han sido sustituidas por PC, iPad y teléfonos móviles. Lo que realmente está en juego es quién controla la información en la Red, y hoy la Red es lo único que puede hacer frente al poder: la garantía de nuestra libertad está en la imposición de límites al ejercicio del poder. Los mismos que consideran las presiones a jueces y fiscales, las amenazas a bancos y empresas, como simples comadreos de portera, califican la difusión de los documentos como "actos deplorables". La democracia y la libertad son temidas por los guardianes del orden.
El derecho a saber de los ciudadanos, y el deber de los Gobiernos a rendir cuentas, son intrínsecos al sistema democrático y, en este sentido, la transparencia es el mejor antídoto al abuso del poder. La democracia es un sistema excepcional, demasiado reciente y demasiado frágil, que debemos cuidar, y la libertad es indisociable a la democracia, pero la Libertad, con mayúscula, no puede protegerse con censura: el mundo necesita a Wikileaks.
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