Un pueblo sin policías
Los agentes municipales de Torres de la Alameda protagonizan una huelga encubierta por el sueldo
Las calles de Torres de la Alameda, un pueblo situado en el Corredor del Henares, se han quedado desiertas de autoridad. Los agentes de la Policía Local, enfrentados por un plus de productividad con el Ayuntamiento, han ido dándose de baja desde el miércoles, a medida que les tocaba trabajar. "Estamos ante una huelga encubierta y salvaje en toda regla", cuenta al otro lado del teléfono la alcaldesa del municipio, Clara Torre (PP). La regidora ha dado parte a la Guardia Civil y a la Delegación del Gobierno para que se ocupen de la seguridad del pueblo.
Las dudas sobre el sueldo de los agentes está en los tribunales. La propia Torre, los cinco concejales de su partido y dos de una formación política independiente declararán en enero como imputados por ser presuntos autores de un delito de malversación por aprobar y mantener la subida de retribuciones. El 15 de marzo el responsable municipal de Personal aprobó "de forma ilegal", según denuncia el PSOE, conceder una retribución mensual a los agentes municipales de 793,85 euros como plus de productividad. El sueldo mensual de los funcionarios rondaba los 2.400 euros: al sueldo base se incluía 321 de complemento de destino, 713 de complemento específico, a lo que querían sumar la partida de productividad. Una vez recurrida por los socialistas en los tribunales, ha dejado de abonarse. Según cálculos del PSOE, algunos agentes ganaban hasta 4.000 euros durante las fiestas. El Ayuntamiento pasa por una situación financiera crítica y se encuentra con verdaderos problemas para pagar las nóminas a sus empleados.
La Guardia Civil y la Delegación del Gobierno se ocupan de la seguridad
Los agentes han alegado para darse de baja accidentes domésticos o enfermedades comunes. En noviembre optaron por ceñirse al horario de mañana. Y de lunes a viernes. Los fines de semana todos descansaban. La plantilla trabajaba hasta las tres de la tarde y a partir de esa hora se cerraba la comisaría. No hacían caso, según explican responsables políticos, de un cuadrante que había confeccionado el concejal de Personal, Ramón Polo. Estas fuentes aseguran que los agentes se han declarado en rebeldía de una forma encubierta. "Independientemente de los derechos que tiene que defender un trabajador, apelo a su profesionalidad. Lo que están haciendo no es un chantaje a un equipo de gobierno, sino que dejan desprotegido a un pueblo entero", abunda la alcaldesa.
Nadie responde al teléfono cuando se llama a la comisaría. Desde el Ayuntamiento han comenzado a abrir expedientes informativos a quienes no se han presentado en su puesto de trabajo y meditan comenzar con las sanciones. "Me parece lamentable la situación que atraviesa este municipio: 20 policías y ni uno en la calle. Echo de menos que se solucione el problema", dice Carlos Sáez, secretario general del PSOE.
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