Del "bono alemán" al "Bono fuerte" español

La conversación que el pasado jueves por la tarde, al inicio del Consejo Europeo, mantuvo José Luis Rodríguez Zapatero con Angela Merkel -como pudieron ver pero no escuchar los periodistas a través del circuito cerrado de televisión- suscitó todo tipo de especulaciones.

¿Qué habría dicho la abanderada de la austeridad y el rigor al otrora defensor del gasto social? La incertidumbre la despejó ayer el propio Zapatero. Ambos habían acordado celebrar el 3 de febrero en Madrid una cumbre bilateral en la que, además de ministros de los dos Gobiernos, habrá representantes de los sindicatos y la patronal. Quizá el clima político en España no sea el más relajado, pues menos de una semana antes tiene previsto aprobar el Gobierno la reforma de las pensiones, pero Merkel no podrá reprochar a su anfitrión que no adopte medidas impopulares.

En un lapsus, tal vez no involuntario, el presidente se refirió ayer a Alemania como el "bono alemán". El diferencial entre la deuda española y la germana se ha convertido en un termómetro cotidiano de la situación económica y un quebradero de cabeza para el inquilino de La Moncloa. Por eso, bromeó Zapatero con el "Bono español" -es decir, el presidente del Congreso de los Diputados-, al menos "tan fuerte" como el bono germano. Pero ni siquiera en broma quiso responder si, como sugirió el ex ministro de Defensa, Rubalcaba es una "liebre" para distraer al PP y no el verdadero sucesor de Zapatero. "Yo en esas cuestiones no soy experto", se excusó el presidente.