Hay esperanza para el oso (si se recortan emisiones)
Los osos polares fueron añadidos a las especies amenazadas hace casi tres años al tiempo que su hábitat, el hielo ártico, disminuía por el calentamiento. Sin embargo, un nuevo estudio ha encontrado que si se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero para mitigar el aumento de temperaturas en el próximo decenio puede quedar suficiente hielo en el Ártico al final del verano y el principio del otoño para la supervivencia de los osos polares (Ursus maritimus), centinelas de este océano.
La especie necesita acceder al agua a través del hielo para capturar focas, su principal alimento. Cuando no hay hielo, adelgazan rápidamente. Y cada vez los periodos sin hielo son más largos. "El beneficio de la mitigación para los osos es sustancial", afirma Steven Amstrup, que dirigió el trabajo. Como especie centinela también será esencial para el medio ambiente en general.
"La proyección que hicimos en 2007 se basaba solo en el escenario de referencia, en ausencia de nuevas medidas de control de las emisiones", dice Amstrup, investigador jubilado y científico en la organización Polar Bears International. "El resultado era bastante sombrío, pero no consideraba la posibilidad de mitigación de los gases de efecto invernadero". Aquel estudio calculaba que solo un tercio de los 22.000 osos polares sobreviviría a mediados de este siglo si continúa el retroceso de la superficie helada.
La fuerte pérdida de hielo del mar Ártico ha conducido a predicciones que señalan un umbral a partir del cual la disminución de hielo es irreversible y que llevaría a la desaparición del hábitat del oso polar. Sin embargo, el estudio actual concluye que este umbral, o punto de no retorno, en realidad no existe ya que la relación es lineal.
Se ha utilizado un modelo de circulación general del clima con un componente de hielo marino especialmente sensible al aumento de la temperatura y se ha cruzado con los datos disponibles sobre la interacción con el ambiente de los osos polares. "Nuestra investigación da un mensaje de esperanza, lleno de promesas, pero también es un incentivo para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero", señala Cecilia Bitz, de la Universidad de Washington, que ha hecho el modelo modificado. De todas formas, es pronto para cantar victoria, matiza Armstrup, que ha dirigido la investigación que publica la revista Nature.
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