_
_
_
_
Reportaje:La huella madrileña del cantaor

"No hay una ciudad con más arte"

Enrique Morente vivió el día y la noche de Madrid, encontró allí a su esposa y a unos amigos que ayer, tras su muerte, recordaban la huella de sus andanzas

"No hay una ciudad con más arte, flamenco y del otro, que Madrid". Lo decía Enrique Morente en 2000 en una entrevista con EL PAÍS. A Madrid llegó con apenas 20 años y una maleta atada con una cuerda y se fue a vivir a Carabanchel. Aquí encontró novia, se casó y tenía su propio grupo de amigos, con los que ha cenado, cantado y tomado copas hasta pocas semanas antes de su desgraciada muerte. Carlos Herrero, Juan Verdú o Javier Liñán son algunos de ellos y desde el bar de la clínica de La Luz hicieron ayer un recorrido imaginario por los lugares favoritos del cantaor granadino en Madrid.

"Nos hacíamos llamar la Orquesta Nacional de Malasaña", cuenta su amigo Carlos Herrero. "Y desde hace casi 30 años organizábamos Las Noches del Mago, una reunión de amigos que acababa siempre a las tantas". Comenzaron todos los miércoles en un bar llamado El Mago, en Malasaña. Tras su cierre, la reunión se hizo itinerante. Últimamente se hacía los martes en el bar Fun House (Palafox, 8). "Los únicos en Madrid que nos aguantaban", bromea Carlos. "Quizá mañana haya una Noche del Mago. Pensamos que a Morente le hubiera gustado que fuésemos a beber a su salud". "Por las Noches del Mago ha pasado mucha gente, muy diversa y muy surrealista", cuenta el hijo de Carlos, Jorge Herrero. "Por allí se podía ver desde a Bardem hasta a Christopher Lambert, que fumaba y bebía como el que más".

En el Candela jugaba al ajedrez y luego bajaba a la juerga de la cueva
Más información
Magisterio de un auténtico heterodoxo
Del homenaje a la trasgresión
Alejandro Sanz: "Morente se fue. Hasta siempre, maestro"
Autobiografía mínima
El cantaor Enrique Morente fallece a los 67 años
La familia denuncia a la clínica por "negligencia médica"
Hoy le lloran, ayer le criticaban

Pero si hay un sitio por el que Morente sentía predilección ese era el Candela (Olmo, 7), sobre todo cuando Miguel Candelas, fallecido en 2008, llevaba las riendas del mítico bar. "Allí se echaban los dos, Morente y Miguel, sus partiditas de ajedrez", cuenta el periodista Juan Verdú. "Luego bajaban a la cueva, donde se montaban las juergas flamencas de verdad".

El cantaor también tenía, recuerda Carlos Herrero, sus sitios para "alejarse un poco del follón". Como el restaurante La Mi Venta (plaza de la Marina Española, 7) o El Pairón, en la calle Toledo. También le gustaba escaparse al Museo del Prado.

Juan Verdú conoce el recorrido que Morente hizo al llegar a Madrid: "Empezó a trabajar en el antiguo Tablao Zambra. Yo lo conocí en los ochenta en el Café de Silverio, en Malasaña". En los ochenta, Morente compartió escenario con otro grande, Camarón, en el tablao Torres Bermejas.

Antes ya había actuado en otro de los sitios que era como su segunda casa, el Colegio Mayor San Juan Evangelista. Cuentan que el 20 de diciembre de 1973, el mismo día que mataron a Carrero Blanco, Morente cantó allí por fandangos Pa' ese coche fúnebre no me quito yo el sombrero, lo que le costó una noche de calabozo.

Sí se lo quitó en 1993, cuando Morente conoció a uno de sus dioses. Fue en una fría tarde de invierno en la cafetería del hotel Palace, de Madrid. Allí se abrazó por primera vez con Leonard Cohen. El encuentro duró algo más de una hora. Los dos bebieron agua. Se hicieron hermanos al instante. El poeta y adaptador Alberto Manzano (Barcelona 1955) hizo de intérprete y recuerda así el encuentro: "No hablaron mucho. No hacía falta, porque funcionaron las miradas. Leonard sabe muy poco español y Morente poco inglés. Hubo un entendimiento muy espiritual".

El granadino también tuvo conexión con otros músicos más actuales y ruidosos. "Con Jota, de Los Planetas, y Josele Santiago, de Los Enemigos, Morente ha pasado noches míticas en el bar de rock Flamingos, en Malasaña", recuerda Javier Liñan.

Su último concierto en Madrid fue el 20 de noviembre en el festival de Torrelodones. Allí estuvo Juan Verdú. "Cantó con una voz maravillosa. Estaba perfectamente, aunque un poco asustado porque a los pocos días le iban a operar". Fue la ultima vez que Madrid oyó en directo a Morente en el último concierto de su vida.

El cantaor Enrique Morente, en una actuación en el San Juan Evangelista en 2008.
El cantaor Enrique Morente, en una actuación en el San Juan Evangelista en 2008.CRISTÓBAL MANUEL
El artista visitó el museo Reina Sofía de Madrid y cantó ante los cuadros de Picasso para un documental de Emilio Ruiz Barrachina un día antes de ser hospitalizado, el 2 de noviembre, para ser intervenidoVídeo: CUATRO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_