Defender la libertad de expresión
El Premio Nobel de la Paz no será recogido personalmente, por segunda vez en su historia el sillón estará vacío. Su destinatario, el disidente chino Liu Xiaobo permanece en prisión por ser el creador de la organización Carta 08 y allí estará, si nadie lo remedia, 11 años. Estados Unidos, además de otros países democráticos, están pidiendo la liberación del escritor, todos proclaman que es un defensor de los derechos humanos, que solo busca el bien de sus conciudadanos y que es una injusticia lo que se está haciendo con él.
¿Y si el año próximo el Nobel cayera en Julian Assange? ¿Estos países democráticos también lo apoyarían y le permitirían ir a recogerlo? ¿No está el fundador de Wikileaks defendiendo derechos humanos? ¿No sería alabado si los cables publicados pertenecieran a algún país de los considerados peligrosos y no a la primera potencia mundial? Wikileaks hasta ahora no ha puesto en peligro a ningún país con sus revelaciones. Lo único que ha provocado es el sonrojo de algunos y nos ha abierto los ojos a muchos ciudadanos, nos ha hecho más libres. Sin embargo, Julian Assange también está en una prisión... británica.