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La mujer asesinada en Barakaldo había rechazado ir a un piso de acogida

Interior asegura que tuvo "muy poco tiempo para trabajar con la víctima"

Seidel M. G., de 25 años, de origen cubano, intentó a principios de noviembre acceder a la vivienda de su ex pareja, Cristina Estébanez, en Barakaldo. No lo consiguió. La mujer, de la misma edad que su ex novio, le denunció ante la Ertzaintza por amenazas el 7 de noviembre. En la noche del lunes, Seidel M. G. volvió a probar. Accedió a la vivienda en que Cristina se había criado junto a su hermana Noemí, y sus padres, en el barrio baracaldés de Cruces, en la calle de La Inmaculada. Su ex pareja acabó con su vida de una puñalada en la nuca; también hirió a su actual compañero, Aingeru C. G., quien ayer permanecía ingresado en el Hospital de Cruces con pronóstico reservado.

Estébanez había denunciado a su agresor. Había tenido la valentía de dar el paso de terminar con una relación de violencia -casi una de cada tres maltratadas en Euskadi, 520 sobre 1.763, no denunciaron a su agresor en el primer semestre de este año-, pero algo falló. La joven había rechazado ir a un piso de acogida, según precisó ayer el alcalde de Barakaldo, el socialista Tontxu Rodríguez. "Ella quería mantener su vida familiar. Las instituciones pueden prestar toda la ayuda necesaria, pero no hemos logrado que este sinvergüenza deje de acabar con la vida de esta chica", precisó.

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La mujer sí que aceptó la ayuda psicológica que le ofreció el Área de Igualdad del consistorio. Estébanez acudió a dos sesiones con la especialista municipal, la última el pasado viernes. La mujer solo había denunciado a su ex novio, con antecedentes penales, en una ocasión, aquel 7 de noviembre, según la Ertzaintza, pese a que llevaba sufriendo amenazas y malos tratos todo un año, según su tío, José Luis Barreiro. Este familiar pidió a las autoridades en una concentración celebrada por la tarde en el centro de Barakaldo mayor efectividad para que las órdenes de alejamiento se cumplan.

Estébanez incluso se vio obligada a pasar tres meses fuera de Vizcaya en una casa que le prestó su actual pareja. A raíz de dicha denuncia, un juez dictó una orden de alejamiento contra Seidel M. G.

La mujer recibió varias medidas de protección por parte de la Ertzaintza. La primera y básica: un curso de formación. La policía contactaba con ella por teléfono de forma periódica, otro nivel de asistencia por parte de la Ertzaintza, a los que se suman, en algunos casos, escoltas permanentes, pulseras localizadoras o teléfonos móviles específicos.

"Cuando puso la denuncia se le hizo una evaluación, y se le pusieron algunas medidas de protección, como un seguimiento de llamadas. Las medidas que ella quiso [por la víctima] aceptar", señaló a EL PAÍS, Mariola Serrano, responsable de la Oficina de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género, dependiente de Interior. "Estamos hablando de un caso en el que hemos contado con muy poco tiempo para trabajar con la víctima. Solo hace un mes que denunció", añadió Serrano.

El ararteko, Iñigo Lamarca, anunció en un comunicado que va a abrir una investigación para averiguar si los mecanismos de prevención y protección contra el maltrato funcionaron en este caso. "Todos podíamos haber hecho más. Se había puesto una denuncia, había una orden de alejamiento y medidas de protección. Podemos ser más proactivos, avisar los vecinos, la implicación tiene que ser de todos", argumentó Serrano.

La investigación de la Ertzaintza apunta a que la actual pareja de la joven abrió la puerta al agresor. El supuesto asesino no dudó y con un cuchillo hirió de inmediato en el cuello al actual compañero de Estébanez, para luego acabar con la vida de la mujer.

Aingeru consiguió huir malherido y pedir ayuda en un videoclub cercano. "Llegó con el cuello sangrando y me dijo lo ha hecho el ex novio de Cristina", recordaba ayer Isabel Sainz, la dueña del establecimiento, que fue quien alertó a la Ertzaintza de lo que estaba ocurriendo. Cuando los servicios de emergencia llegaron al domicilio de Estébanez no pudieron hacer ya nada por su vida.

Seidel M. G. se encontraba a última hora de ayer en dependencias policiales, a la espera de pasar a disposición judicial.

La violencia sexista en Euskadi

- Con la muerte de Cristina Estébanez, suman dos las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas en Euskadi en lo que va de año. Amelia Amaya falleció golpeada por quien había sido su compañero el pasado 25 de julio en Bilbao. La cifra de muertas asciende en toda España a 66.

- Tanto Estébanez como Amaya habían denunciado a sus agresores y ambos quebrantaron una orden de alejamiento para matarlas. En el primer semestre de 2010 se han visto en los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Euskadi un total de 123 delitos por quebrantamiento de penas y medidas relacionadas con estos delitos. En total, 38 violaciones de pena con sentencia ya dictada y 85 entre ordenes de protección y medidas cautelares, antes de resolución, según los datos del Consejo General del Poder Judicial.

- En los 10 primeros meses del año se produjeron un total de 3.543 agresiones contra mujeres en el País Vasco, frente a las 3.908 registradas en el mismo periodo del año pasado, según los últimos datos de la Ertzaintza.

- Entre enero y agosto pasados, la policía vasca efectuó 792 detenciones por delitos de carácter sexista, sobre un total de 1.442 denuncias presentadas, según datos ofrecidos por el consejero de Interior, Rodolfo Ares, en respuesta a una pregunta parlamentaria.

- En 2009, para ese mismo periodo se registraron 2.272 denuncias y 829 arrestos. "La Ertzaintza procede a efectuar una detención en todos los casos flagrantes que constituyan delito", explica Ares. Si se trata de una falta "la detención se produce con carácter excepcional. En los casos en que no existe flagrancia, el hecho se judicializa y se espera a la resolución (...) salvo en los casos graves, en los que se prima la búsqueda y detención del autor".

- Además de Estébanez y Amaya otras tres mujeres han fallecido en el País Vasco por delitos sexistas. En enero, fue asesinada Elena Cal por un compañero de su pareja, y en febrero Amelia Sánchez e Isabel Vélez murieron a manos de sus hijos.

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