_
_
_
_

Francia condena a Continental por el accidente del Concorde en 2000

El siniestro costó la vida a 113 personas y supuso el fin del avión supersónico

Antonio Jiménez Barca

Los únicos responsables de que un Concorde de Air France se estrellara contra un hotel el 25 de julio de 2000 poco después de despegar, envuelto en llamas, del aeropuerto Charles de Gaulle de París son la compañía estadounidense Continental Airlines y uno de sus operarios, John Taylor, que no fijó bien una lámina de titanio de un DC-10 que había despegado poco antes. Así lo decidió ayer el Tribunal Correccional de Pontoise, que dictó sentencia tras una investigación de 10 años.

Para el presidente del tribunal ha quedado claro que una de las ruedas del Concorde estalló al tropezar con esa lámina puntiaguda y dura de unos 40 centímetros en el momento del despegue del avión supersónico. Tras explotar, los pedazos incandescentes de la rueda y las llamaradas alcanzaron el depósito de combustible del aparato, que a partir de ese momento se convirtió en una máquina mortal ingobernable. De hecho, el piloto intentó aterrizar en el cercano aeropuerto de Le Bourget, sin éxito. El Concorde se estampó contra un hotel de la localidad de La Gonesse. Murieron 113 personas: todos los pasajeros, los nueve componentes de la tripulación y cuatro personas hospedadas en el hotel.

Dado que la fatídica lámina de titanio se encontraba en la pista de despegue porque se había desprendido del fuselaje del DC-10 de Continental Airlines, el tribunal condena a la compañía estadounidense, además de a 200.000 euros de multa por homicidio involuntario, a pagar a Air France un millón de euros en concepto de indemnización por daños y perjuicios. El operario Taylor, de 42 años, ha sido condenado a 15 meses de cárcel, exentos de cumplimiento, por no haber fijado como debía la lámina. Por el contrario, su jefe de equipo, también imputado, fue declarado inocente de todos los cargos. También han quedado absueltos los tres responsables aeronáuticos franceses acusados en ese accidente.

La multa puede parecer ridícula, dada la cantidad de personas que murieron. Pero hay que tener en cuenta que todas las víctimas -la mayoría turistas alemanes que se dirigían a Nueva York para embarcar en un crucero por el Caribe- fueron indemnizadas un año después del siniestro con un millón de euros. Por eso, ningún familiar se presentó como acusación particular en el juicio.

La compañía Continental Airlines, que mantiene que el incendio del Concorde se declaró antes de tropezar con la lámina de titanio, considera la sentencia "absurda" y ya ha adelantado que la recurrirá. El abogado de la compañía, el famoso penalista francés Olivier Metzer, aseguró ayer que el fallo es el resultado de un acto "proteccionista que busca proteger los intereses franceses".

El accidente significó la defunción de este modelo, el Concorde, el único avión supersónico de pasajeros del mundo, de fabricación franco-británica y que debutó en 1969, joya y orgullo de la aeronáutica europea al que la subida del combustible por la crisis del petróleo convirtió pronto en mal negocio y que se encontraba, ya en 2000, muy cuestionado. El último Concorde voló en 2003 antes de pasar a la historia.

El Concorde siniestrado, en el instante de despegar del aeropuerto Charles de Gaulle de París.
El Concorde siniestrado, en el instante de despegar del aeropuerto Charles de Gaulle de París.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Antonio Jiménez Barca
Es reportero de EL PAÍS y escritor. Fue corresponsal en París, Lisboa y São Paulo. También subdirector de Fin de semana. Ha escrito dos novelas, 'Deudas pendientes' (Premio Novela Negra de Gijón), y 'La botella del náufrago', y un libro de no ficción ('Así fue la dictadura'), firmado junto a su compañero y amigo Pablo Ordaz.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_