"El Gobierno eligió una fecha muy mala"
Daniel Zamit (Madrid, 1966) es portavoz del sindicato de controladores, pero accede a esta entrevista a título personal al desconocer las consecuencias que puede tener bajo jurisdicción militar.
Pregunta. ¿Cómo se produjo el plante del viernes? Estaban convocadas asambleas permanentes.
Respuesta. Ya estamos acostumbrados a que el Gobierno nos dicte decretos en fechas clave. Lo hicieron en vísperas de Semana Santa, el 31 de julio y ahora en el puente han conseguido lo que querían, que el colectivo saltara. Cuando la gente se enteró de que tenía que devolver a la empresa en diciembre días que han estado en el hospital o los 15 días por matrimonio, saltó. Ya no nos queda ningún derecho laboral. Se ha producido una revuelta popular que ha sido muy difícil de sofocar. No ha sido la militarización lo que ha doblegado al colectivo, que estaba dispuesto a arrostrar las consecuencias, sino que la autoridad y el carisma de Camilo [Cela, el presidente de USCA] es la que ha convencido a la gente. La situación producida es inafrontable, para nosotros y para el Gobierno. La responsabilidad es compartida, de los trabajadores que han adoptado esa decisión, pero también del Gobierno, que ha elegido una fecha muy mala. Rubalcaba no contestó por qué.
"Tras el decreto del viernes ya no nos queda ningún derecho laboral"
P. Nadie cree que no haya habido una acción concertada.
R. El ministerio es testigo de que se han hecho todas las gestiones posibles para que la gente volviera a sus puestos. Ya a las seis de la tarde [del viernes] se hizo un llamamiento en ese sentido. No hubo ninguna consigna sindical, porque podría ser el final del sindicato. Es la primera vez que no hemos contenido a la masa.
P. El Gobierno dice que no se lo esperaba.
R. Cuando tenían preparado el decreto de militarización, según ha reconocido el vicepresidente, en el mismo momento en que dictan la medida. Una reacción así del colectivo la llevan buscando desde el 5 de febrero [cuando se aprobó el decreto que cambió sus condiciones laborales]. Han conseguido que no se hable de la retirada de la ayuda de los 426 euros ni de la privatización de Barajas y El Prat. Han sido muy hábiles.
P. ¿Usted sí lo esperaba?
R. Podía imaginar que se hubiesen amotinado en algún sitio, pero no de forma tan rápida y tan generalizada.
P. ¿Cómo consiguieron que la gente volviese al trabajo?
R. Hablamos con los delegados sindicales, con las dependencias. Al final la situación era tan crítica que nuestro presidente se tuvo que ir en el coche del secretario de Estado de Transportes al centro de Torrejón para convencer a la gente.
P. El Gobierno y el PSOE han sugerido que ha habido una connivencia de ustedes con el PP.
R. Hemos tenido contacto con todos los grupos menos con el socialista. No hay connivencia. Sí hay grupos que entienden que lo que se está haciendo va contra el Estatuto de los Trabajadores.
P. ¿Cómo es posible que en seis años hayan sido incapaces de negociar un nuevo convenio?
R. No ha sido posible. Hemos cambiado a nuestro equipo negociador a partir de febrero pero por parte de AENA siguen los mismos. También es inexplicable que en seis años no se hayan convocado plazas de controlador. Seguimos siendo muy pocos.
P. ¿Qué va a pasar con la negociación del convenio?
R. El ministerio ha asumido, a través del subsecretario de Transportes, una tutela de la negociación. No hay manera de solucionar esto por decreto. AENA es incapaz de garantizar el servicio y eso ha causado que el Gobierno tuviera que dictar una norma tan injusta como la del viernes.
P. Dicen que su propuesta de convenio va en la dirección de cobrar más y trabajar menos.
R. Se ha manipulado mucho. No reclamamos más dinero.
P. En la jurisdicción militar no se permiten los sindicatos.
R. No sé si el sindicato está reconocido como tal. Por eso estoy hablando a título particular.
P. ¿Temen las consecuencias de estar militarizados?
R. Por supuesto. Por eso insistimos a la plantilla en que volviese al trabajo. Las consecuencias pueden ser muy graves.
P. También económicas. Les van a reclamar daños.
R. Quisiéramos que la gente que reclame se tomara dos minutos para leer el real decreto.
P. El viernes dijeron que no podían trabajar. ¿Ahora sí?
R. La Ley de Seguridad Aérea nos obliga a garantizar que estamos en las condiciones psicofísicas para prestar el servicio. Eso no significa que estés de baja médica, que son cosas distintas. El viernes la gente se puso a gritar, se montó un revoltijo. En esa situación de desquiciamiento personal no se puede controlar.
P. ¿Se plantean responsabilidades políticas dentro del sindicato?
R. El sindicato ha conseguido revertir la situación.
P. ¿Cómo se explica que fueran el viernes al mismo hotel en que estaban los afectados?
R. Eso demuestra la improvisación. No queríamos provocar a nadie. Somos conscientes del gravísimo perjuicio a los afectados.
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