"Peor que la nube volcánica"

Los hoteles madrileños permanecen llenos, pero se las ven y se las desean para gestionar lo que se les ha venido encima. Muchos huéspedes que iban a partir han pedido prorrogar la estancia. Y es difícil saber si quienes tenían previsto relevarles en las habitaciones llegarán finalmente a ocuparlas. Cosas del caos aéreo.

"Los hoteles tienen que tomar una decisión muy difícil. Intentan contactar con los clientes que han hecho reserva para saber si vienen, o no, y si, en consecuencia, hay habitaciones disponibles para que puedan permanecer los huéspedes que lo desean", explica el presidente de la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid, Jesús Gatell. En resumen, horas negras para los recepcionistas, que ayer trabajaron duro.

"Como la crisis de las cenizas volcánicas [la pasada primavera la erupción de un volcán islandés trastornó el tráfico aéreo en buena parte del planeta durante varios días], nuestra primera misión es atender al cliente", dice Gatell. "Pero ahora es peor, porque aquello afectó prácticamente a todo el mundo, sobre todo en Europa, y lo de ahora lo hemos generado nosotros. El turismo es algo muy sensible y un hecho así es preocupante", concluye Gatell.