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Entrevista:JOAQUÍN | Extremo del Valencia | FÚTBOL | 14ª jornada de Liga

"Llevo siempre el mono de trabajo"

Tanto el Madrid como su actual entrenador, Mourinho, se cruzaron en su día con Joaquín (El Puerto de Santa María, Cádiz; 1981), pero no entraron en su vida. Hoy, el extremo del Valencia vuelve a encontrarse con ellos.

Pregunta. Es el hombre que le dijo "no" a Mourinho cuando vino a ficharlo para el Chelsea en 2004. ¿Por qué?

Respuesta. [Risas] No le dije que no, pero se aburrió un poco porque no estaba decidido. Era muy joven, estaba tan a gusto y feliz en el Betis que no necesitaba otra cosa. Perdí una gran oportunidad, pero no me arrepiento.

P. ¿Esperaba a que Florentino Pérez cumpliera su promesa?

R. El destino y las cosas, cuando no pasan, no están para ti. Florentino, en más de una ocasión, intentó ficharme.

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P. ¿Uno refleja su personalidad cuando juega?

R. Sí, puede tener ciertos ramalazos. Si ves a una persona jugar, puedes leer cómo es. Yo soy demasiado transparente: se me ve venir. Para jugar al fútbol, necesito disfrutar.

P. Se le pide que trabaje más.

R. Pero eso aquí no me lo pueden decir mucho porque, desde que llegué, me puse el mono de trabajo y no me lo he quitado. Me voy todos los días a casa lleno de grasa. Lo he sufrido en mis carnes. Aquí he tenido que currar.

P. ¿Le ha faltado mentalidad?

R. Lo puedo reconocer. El futbolista es persona y, en esa exigencia cada tres días, hay momentos de falta de confianza. Pero siempre he dado la cara.

P. ¿Qué le ha dado la capitanía a su juego?

R. Nada. Es muy importante, pero a mi juego no le da nada.

P. ¿Y el adiós de Silva y Villa?

R. Ahí sí, es mi quinto año y quiero dar ese paso y disfrutar porque he pasado años malos. Por decir: 'Podéis contar conmigo'. Necesito sentirme útil y que confíen en mí.

P. ¿Le pesaron los 25 millones que el Valencia pagó al Betis?

R. Eso fue lo de menos. Lo peor fue venir con mucha ilusión a un equipo que luchaba con Barça y Madrid y encontrarme con una estructura desintegrada y pelear por evitar el descenso... Todo eso ha sido jodido. Fue llegar y llevarme palos por todos lados. Pero de todo se aprende porque el Betis fue un camino de rosas.

P. ¿Qué sintió tras el clásico?

R. A mí también me han metido una goleada así y es muy jodido. Solo existía un equipo y a años luz. Contra el Barça, te jartas de correr y no la ves. Todo el partido corriendo para morir en la orilla.

P. ¿Qué Madrid espera?

R. Con mucha pegada. Vamos a tener que correr un 200%.

P. ¿Por qué el Valencia se encoge ante los grandes?

R. Porque salimos con demasiado respeto al rival y no nos desplegamos en ataque. Pero ahora estamos bien y la idea de Emery es defender para atacar.

P. 51 veces internacional. ¿Siente envidia de lo que ha vivido la selección sin usted?

R. Por supuesto, estar seis años en la selección y quedarte fuera duele.

P. Mucho más tras la experiencia en Corea y Japón 2002.

R. Llegué con 20 años y fallar el penalti me vino hasta bien por el cariño de la gente ante la injusticia. Me acuerdo de la cara de Al Ghandour [el árbitro] y si me lo cruzo, le diría un par de cosas.

P. ¿Dañó su carrera decir que la selección era un despelote?

R. Sí, me hizo daño porque, hostia, no fui yo quien lo dijo sino que repetía la pregunta. Luis Aragonés volvió a llamarme y jugué la clasificación. Por eso fue un palo muy grande cuando me dejó fuera de la Eurocopa de 2008.

P. ¿Qué extremos le gustan?

R. Ahora los extremos no juegan tanto en banda, sino por dentro. Yo me fijaba en Figo, Laudrup, Míchel... He sido siempre un puro extremo y eso se ha perdido un poco. Pero, aunque cambie, al fútbol se seguirá jugando por fuera con el desborde.

P. ¿Regate, pase o gol?

R. Mi padre me echaba broncas por no chutar, pero prefiero un buen regate y un buen pase. De chiquito era delantero y el máximo goleador. Hasta que llegué al Betis, en juveniles.

P. ¿Por qué mamó hasta los seis años?

R. Dormía además al pecho de mi madre. Fue una obsesión. Y el médico le dijo a mi madre: 'Quita al niño de ahí o te va a destrozar'. Los niños de cinco o seis años que jugábamos en la plazoleta iban a beber agua a la fuente y yo me iba a beber de las tetas. Yo creo que me vino muy bien para fortalecer los huesos.

P. ¿Y sus hijas, de cuatro años y dos meses, siguen el ejemplo?

R. Pelea perdida. Las madres modernas enchufan el biberón.

Joaquín, durante la entrevista, el pasado miércoles en la ciudad deportiva de Paterna.
Joaquín, durante la entrevista, el pasado miércoles en la ciudad deportiva de Paterna.JOSÉ JORDÁN

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