Sarah Palin 'for president'
La campaña permanente de la ex gobernadora de Alaska despierta recelos en el Partido Republicano
Nada suena más a elecciones que Iowa y con ningún nombre se especula más con vistas a 2012 que con el de Sarah Palin. Si se juntan los elementos anteriores, la ecuación está resuelta: "Palin presidenta". Ella juega al despiste y a algunos sectores del Partido Republicano se les tensa -y mucho- el gesto con solo escuchar la idea. El caso más reciente es el de Barbara Bush, esposa del primer Bush presidente, que durante una entrevista con el sempiterno Larry King dijo simple y llanamente: "Creo que es preciosa, que es feliz en Alaska y espero que se quede allí". Como dirían los norteamericanos: "Ouch". Eso duele.
Pero Palin no tiene oídos para esa música. Ella maneja su propia orquesta mediática, respaldada por la cadena Fox y el ultraconsevador Glenn Beck, y con la partitura intelectual de sus dos libros. La ex gobernadora de Alaska entre 2006 y 2009, de 46 años, se dejaba piropear ayer por sus fieles seguidores en una librería de Des Moines (Iowa), adonde acudió para promocionar su último legado literario, America by Heart: Reflections on Family, Faith and Flag (las tres efes en inglés de familia, fe y bandera que importan en la vida de la ex candidata republicana a la vicepresidencia en 2008). "Esta es mi América, desde el corazón y por mi corazón", asegura la política sobre el volumen que salió a la venta el martes.
Barbara Bush: "Creo que es feliz en Alaska y espero que se quede allí"
"Se lo doy a mis hijos y a mis nietos, y a los vuestros, para que sepan cómo era América cuando la gente era libre". Parece ser, en opinión de la Palin ilustrada: que Estados Unidos no es hoy un país donde sus ciudadanos son libres.
Palin sopesa "el estado de las cosas". O lo que es lo mismo, la creadora del término mama grizzly (mamá osa) -"en Alaska, lo único que nos tomamos más en serio que un oso grizzly [pardo] es una mamá grizzly con cachorros que proteger", Sarah dixit- no se acaba de definir con vistas a 2012, pero todos sus movimientos apuntan es esa dirección. Tanto es así que al presidente Barack Obama se le ha interpelado sobre la posibilidad de que tuviera que competir contra la reina sin corona del ultraconservador Tea Party. "No pienso en Sarah Palin", declaró a la periodista de ABC Barbara Walters un siempre autocontrolado y seguro de sí mismo Obama.
Supuestamente, esta semana debía de haber sido tranquila y centrada en dar gracias. Pero el puente de Thanksgiving se ha escrito informativamente en clave coreana y con aportación extra de la señora Palin, quien en un lapsus verbal confundió el sur con el norte y declaró que EE UU debía permanecer junto a sus "aliados norcoreanos". "No pudieron resistir a la tentación de convertir una simple confusión de palabras en un titular político", se apresuró Palin a escribir en su página de Facebook.
En una entrada en su cuenta de la red social titulada "Un mensaje de Thanksgiving para los 57 Estados", la ex compañera de cartel de John McCain recordaba con ironía el gazapo que cometió Obama cuando señaló durante la campaña electoral de 2008 que había visitado los 57 Estados de la Unión, cuando en realidad solo existen 50 (más el Distrito de Columbia, o capital de la nación, Washington). Dice Palin que la prensa liberal le tiene ganas. Quizás. Pero no puede negar que lo pone muy fácil.
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