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ELECCIONES CATALANAS | Falta 1 día

Todo en el último minuto

Montilla se lanza a un maratón de actos en la jornada final tras entrar muy tarde en campaña - El presidente apenas ha salido del área metropolitana

Clara Blanchar

El candidato José Montilla clamando ayer que un minuto, lo que se tarda en votar, es suficiente para decidir si un Parlamento es de derechas o de izquierdas es una metáfora de cómo el Partit dels Socialistes (PSC) ha apurado hasta el último momento para meterse en campaña. Frente a la eterna campaña de Convergència i Unió (CiU), los socialistas no arrancaron en serio la suya hasta hace apenas dos meses, con la designación de Montserrat Tura y Celestino Corbacho como números dos y tres, y el anuncio de Montilla de que no reeditará el tripartito.

La teoría era que la mejor campaña para el presidente que aspira a la reelección es ejercer, gobernar hasta el final. Pero las encuestas no reflejan que esta tesis haya dado fruto. En los sondeos, Artur Mas acaricia la mayoría absoluta tras peinar Cataluña desde hace meses; Montilla y lo suyos se descalabran y apenas han salido del área de Barcelona, con incursiones a Tarragona, Lleida y Girona. Aunque ellos confían en bolsas de voto oculto y en que sus estudios indican cierta recuperación, no pocos dirigentes socialistas se conforman con que CiU no alcance la mayoría absoluta. Dependiendo de la magnitud de la tragedia, se desatará una guerra interna complicadísima de gestionar con las municipales a la vuelta de la esquina y con Barcelona también en peligro.

Algunos socialistas se conforman con que CiU no alcance la mayoría absoluta
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Tuvieron que pasar seis días de campaña para que Montilla lanzara su idea de cumbre contra el paro; ocho días para que anunciara que no se volverá a presentar, que ahora o nunca; 11 para apretar las tuercas de la corrupción que salpica a Convergència; 14 para hablar de "levantar un espigón de votos para detener el tsunami conservador".

El candidato del PSC se ha ido soltando a medida que avanzaba la campaña, pero quizá ha tardado demasiado. Su mejor discurso fue el del jueves en el Palau Sant Jordi -el del tsunami- durante el mitin final. Ayer, en el maratón de mítines relámpago que hizo, también estuvo directo como nunca. En 10 minutos por acto colocó en batería mensajes muy claros: que la prioridad del PSC es crear puestos de trabajo, que un Gobierno de derechas "sería un atraso", que no votar "es un riesgo" y otro, potente: "Vuestro voto vale lo mismo que el de un banquero". Esta última frase triunfó ayer en Sant Cosme (El Prat de Llobregat), pero la audiencia era muy reducida, apenas un centenar de personas.

El jefe de la campaña socialista, Jaume Collboni, celebra que el partido haya logrado "una movilización histórica" en un contexto difícil y con el electorado desmovilizado: 36.400 asistentes a los actos centrales. Ha habido una cara B de la campaña, con actos más reducidos a cargo de números dos y tres, y de los candidatos del territorio. Collboni también está muy satisfecho de la campaña 2.0.

En cambio, lamenta que no haya habido cara a cara televisivo, un debate en el que los socialistas están convencidos de que habrían arañado votos a Mas, por más que en el coloquio a seis Montilla pasara desapercibido hasta la última intervención. De nuevo, en el último suspiro. "Nos interesaba mucho el cara a cara para contrastar, para evidenciar la debilidad y la indefinición de las propuestas de Mas, para polarizar y movilizar". "El rival ha hecho lo que hace quien tiene las encuestas a favor: no arriesgar", lamenta Collboni, a sabiendas de que a Mas jugar el partido cerrándose atrás le ha funcionado de maravilla: ni un error, cero desgaste.

Después de superar el reto de llenar el Sant Jordi el viernes y contar con una constante presencia de ministros y dirigentes del PSOE arropándoles, los socialistas cerraron anoche su campaña en el Razzmatazz con un llamamiento a la participación. Montilla pidió a su gente que aproveche el día de reflexión para movilizar votos. También vía SMS con un "pásalo".

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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