"Ahora soy dueña de mi vida, de mi dinero, de mi cuerpo. He salido"
Las supervivientes del machismo animan a las mujeres a denunciar
Denunciar a tu verdugo, romper todo contacto con él, abandonar al que muchas veces es el padre de tus hijos es muy difícil. Antonia Ábalos lo sabe. Su marido la agredió durante años. El maltrato psicológico la mantuvo atada, pero finalmente escapó. Y tuvo que irse lejos, llegó a España desde México con su hija de siete años. Ahora, esta mujer de 42 años se considera una superviviente de la violencia machista. "Si es duro enfrentarse a lo desconocido, a empezar de nuevo, a denunciar, más duro es compartir la cama con el hombre que te maltrata y que te puede llegar a matar", cuenta. Ella ha conseguido superar todas las torturas y es una mujer nueva. "Ahora soy dueña de mi vida, de mi dinero, de mi cuerpo, de mi erotismo, de mis sueños y mi libertad", dice.
"Si resistí los golpes también puedo empezar de nuevo", dice una mujer
Como Ana Bella Estévez, maltratada por su esposo durante 11 años. Desde que se casó con apenas 18. Tuvo cuatro hijos con su verdugo. No se libró de los golpes ni de las agresiones sexuales ni siquiera cuando estaba embarazada. "Me llegó a tener una semana encerrada en casa para que reflexionara sobre por qué había tendido en el balcón la ropa interior. Decía que provocaba a otros hombres", cuenta ahora.
Estévez también escapó. Una noche que su pareja trabajaba tuvo la fuerza de coger a sus cuatro hijos, montarlos en el coche y marcharse a otra ciudad. Allí denunció a su verdugo. "La policía me dijo que escribiera en un papel lo que había pasado. Rellené decenas de folios. Cómo poner en uno solo 11 años de pesadillas", rememora. Los servicios sociales alojaron a esta mujer que ahora tiene 38 años en una casa de acogida. Allí empezó verdaderamente a vivir. "En la casa, entre rejas, sin poder salir por miedo empecé a sentirme libre de verdad. Nadie me decía como tenía que vestir, ni me impedían leer libros, como hacía él, diciendo que eso solo era perder el tiempo", explica.
Fue en ese momento cuando Estévez empezó a darse verdadera cuenta de lo que había sufrido. "Antes, mientras todo ocurría no me daba cuenta de que estaba siendo maltratada, no era consciente", cuenta. "Así empecé a pensar que todas las fuerzas que había tenido para resistir el maltrato las tenía también para darle a mis hijos una vida en armonía. Para empezar de nuevo. Somos supervivientes. Mujeres fuertes que podemos con todo. Solo debemos darnos cuenta de ello", dice. Estévez fundó una asociación (www.fundacionanabella.org) para ayudar a las mujeres que ha sufrido maltrato. Ahora tiene un trabajo, una vida nueva y es feliz.
Igual que pueden serlo las mujeres que ahora viven sometidas por sus verdugos. Ábalos y Estévez cuentan su historia. Su logro de supervivencia es vital para que las mujeres se animan a denunciar. "Da miedo hacerlo, pero se puede salir de la violencia. Nosotras somos la muestra. Se puede ser feliz. Hay esperanza", dice Ábalos.
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