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Reportaje:

Los Borgia pasan por Barcelona

Jordi Savall presenta su trabajo sobre la música que acompañó aquella época

Los Borja -Borgia, en su grafía italiana- son una familia de leyenda... negra y también blanca. Originarios de Xàtiva y asentados más tarde en Gandia, entre sus miembros se cuentan dos Papas y muchos otros personajes que alcanzaron posiciones de poder durante dos siglos tan decisivos como el XV y el XVI, que ven el auge y esplendor del Renacimiento humanista y la llegada del Barroco de manos de la Contrarreforma.

Protegido de Alfonso el Magnánimo, el primero en llegar a la cúspide es Alfonso de Borja, elegido Papa en 1445 con el nombre de Calixto III. Pero el más famoso -y el más inquietante- no es otro que Rodrigo, el papa Alejandro VI, uno de los hombres clave del Renacimiento, poderoso, libertino y con una extraordinaria habilidad política. Con él hay otros más, Lucrecia, César..., pero el que pone un cierre sorprendente al esplendor de la familia es Francisco de Borja, que entre otras cosas es virrey de Cataluña nombrado por Carlos V, pero que al final de su vida toma los hábitos, se une a una orden naciente que acabará siendo muy poderosa, los jesuitas, y acaba como santo de la Iglesia católica.

Una exposición recuerda la visita del virrey Francisco de Borja a la ciudad

Hace ahora 500 años que nació este hombre del Renacimiento que se transformó en un santo del Barroco, y la ciudad de Gandia, donde se asentaba el ducado de su familia, ha organizado una serie de actos, exposiciones y publicaciones, que ahora culminan con la edición de un extraordinario documento, el CD libro Dinastía Borgia (Alia Vox), realizado por Jordi Savall con la soprano Montserrat Figueras, que recoge la música de aquellos dos siglos, desde las tristes canciones de los moriscos que lamentan su expulsión, pasando por la pieza escrita por Josquin Des Prez, Absalon, fili mi, con motivo del asesinato, en 1497, de Juan Borja, II duque de Gandia, hasta el Pange lingua gloriosi que debió de cantarse en Roma con motivo de la canonización de Francisco de Borja.

"Sin los sentidos no existe memoria, sin la memoria no hay espíritu", dijo ayer Savall citando a Voltaire durante la presentación en el Palau Reial de Barcelona. "La música", añadió, "es el arte de la memoria". A Savall y Figueres les acompañaban sus colaboradores, las autoridades locales y el alcalde de Gandia, José Manuel Orengo.

Porque también de Gandia procede la exposición sobre Francisco de Borja que se puede ver hasta el 16 de enero de 2011 en el Palau del Lloctinent, que fue la residencia de este personaje durante su etapa de virrey de Cataluña, entre 1539 y 1543, una época muy peculiar, en la que el principado pasa por sus horas más bajas, mientras que el Reino de Valencia brilla. En Cataluña se viven las consecuencias de varias pestes y una hambruna resultado de malas cosechas consecutivas. El comercio se resiente de la presión que ejercen los piratas argelinos de Barbarroja. Para ponerle solución, el emperador Carlos escoge a uno de sus hombres de confianza, Francisco de Borja, marques de Llombai, y le encarga acabar con el bandolerismo, fortalecer las defensas de los principales puertos para protegerlos de los ataques de los piratas y reforzar Perpiñán para prevenir un asalto de los franceses.

Cuando llega a Barcelona, hace solo tres años que ha visto morir en sus brazos a su gran amigo, el poeta Garcilaso de la Vega, y pocos meses del famoso episodio en el que se ve obligado a reconocer los restos putrefactos de la emperatriz Isabel, que ha trasladado hasta Granada. Falta poco para que se convoque el Concilio de Trento y el frívolo y racional Renacimiento da paso al oscuro y místico Barroco. Tanto la exposición como el trabajo de Savall recorren este camino. El mismo que llevará a Francisco de Borja a ordenarse sacerdote y convertirse en el tercer general de los jesuitas.

Savall, con sus formaciones de música antigua, como Les Concert des Nations, La Capella Reial de Catalunya y Hesperion XXI, así como el grupo Lux Feminem, que dirige Figueres, ofrecerá su evocación musical de los Borgia en la quinta edición de El sonido original, en lugares históricos como el Saló del Tinell, Santa Maria del Mar, las Atarazanas o el monasterio de Pedralbes. Los espacios de la memoria será el hilo conductor de esta temporada, que contará con la participación de solistas invitados de Armenia, Bulgaria, Grecia, Israel, Marruecos y Turquía. La temporada se iniciará en el Saló del Tinell el 14 de diciembre con cuatro suites para orquesta (Symphonies et airs a jouer) de Jean-Philippe Rameau.

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