Los partidos pasan por alto la corrupción en la campaña

Los grandes casos de corrupción que han sacudido Cataluña durante el último año prometían ser el centro de la campaña para las elecciones del próximo domingo. No ha sido así. A pesar del guirigay que está viviendo el Palau de la Música y que la fiscalía ha pedido al juez investigar las presuntas comisiones a CDC a través de la entidad, los candidatos al Parlamento apenas han mentado la corrupción durante la contienda.

La Fiscalía provincial de Barcelona pidió una semana antes del inicio del periodo electoral al juez instructor del caso Palau que imputara al tesorero de CDC, Daniel Osàcar, y al secretario de Inmigración del partido, Àngel Colom, por los presuntos pagos irregulares por adjudicaciones de obra pública que CDC recibía a través del Palau. El líder de CiU, Artur Mas, se apresuró a decir que la fiscalía había "entrado en campaña". Pero ahí se quedó eso.

Mas no menciona el caso en sus mítines, y cuando el candidato de Ciutadans, Albert Rivera, le echó en cara los casos de corrupción, le inquirió si tenía pruebas y le afeó que debía dejar actuar al juez. Pero tampoco el PSC ha abundado demasiado en la corrupción. Su candidato, José Montilla, la omitió de su discurso en Santa Coloma de Gramenet, el epicentro de la Operación Pretoria. Ayer, sin embargo, cambió esa tónica cuando tachó los indicios del caso Palau de "extremadamente graves" y recordó que su partido "no tardó ni dos horas" en apartar a sus cargos imputados en Pretoria de la militancia del PSC. Cierto es que Montilla ha ido recordando las ambigüedades de Mas en el caso Palau, y le ha pedido que dimita si el juez sentencia que hubo comisiones.

Jaleo en el Palau

ERC, que fue muy beligerante durante la investigación parlamentaria del caso Palau, ha rebajado el tono. El líder de los republicanos, Joan Puigcercós, omitió cualquier referencia al caso en un acto electoral en el Palau. "Hoy no toca hablar de cosas tristes", zanjó. La corrupción tampoco es uno de los ejes centrales de los discursos de PP e ICV-EUiA, y el único que se refiere a ella machaconamente es Albert Rivera.

De forma paralela a los autonómicos, el Palau vive sus comicios. Su presidente interino, Josep Maria Busquets, será recordado por el jaleo que montó al decidir, casi de forma personal, no pedir ni la imputación de los altos cargos de CDC ni que se investigaran las presuntas comisiones a los nacionalistas, apartándose de las tesis de la fiscalía. Esta semana las juntas del Palau lo han obligado a recular.