Alemania alerta de que el futuro del euro está en juego
Bruselas quiere que Irlanda apruebe rápido el ajuste - El Parlamento pide al BCE que compre deuda soberana
El futuro del euro vuelve a estar en entredicho. El retraso en aprobar el ajuste por parte de Irlanda y las resistencias internas en Alemania, el principal contribuyente al rescate, multiplican las incertidumbres de la moneda única. El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, disparó ayer una llamativa señal de alarma al reconocer que "el euro está en juego", en el debate sobre el presupuesto de 2011 en su país. Por su parte el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, urgió al Gobierno de Dublín a "actuar a tiempo".
La crisis irlandesa preocupa cada vez más a las principales capitales de los países del euro y de manera especial en Berlín. La canciller alemana, Angela Merkel, explicó ayer en un encuentro con empresarios que la crisis de Irlanda era diferente de la griega pero igualmente preocupante y subrayó que "el euro estaba en una situación excepcionalmente seria".
El apoyo alemán debe verse "como una defensa de la moneda común"
Es inimaginable que se mantenga el bajo nivel de impuestos, dice la Comisión
Schäuble, consciente de que tiene que convencer a una opinión pública reticente a dar ayudas a países que han actuado de forma temeraria como Dublín con sus bancos, insistió en que el apoyo a Irlanda debe verse como una defensa "de nuestra moneda común, que está en juego".
En su opinión, si fracasara el rescate de Irlanda, las consecuencias para Alemania serían incalculables.
El ministro de Finanzas recordó las dificultades por las que pasa Alemania al afirmar que "no nadamos en dinero. En todo caso", dijo, "nos hundimos en deudas y tratamos de defendernos". El responsable de la política económica del Ejecutivo de Berlín aprovechó su intervención para reforzar la línea de reducción del déficit emprendida por su Gobierno que pretende ahorrar 80.000 millones de euros en cuatro años. Para 2011 se prevé disminuir la aportación a la caja de pensiones de ayuda social en una cuantía de 7.000 millones.
El ministro insistió en que el hecho de que "Alemania se haya convertido en el motor económico de Europa" muestra que la política de reducir el déficit había sido la correcta.
Las indecisiones del Gobierno de Dublín a la hora de definir el plan de ajuste y su resistencia a subir los impuestos están generando inquietud a la Comisión Europea y aumentando el nerviosismo en los países que padecen más riesgos de contagio como Portugal y España. El comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, manifestó tras un encuentro con eurodiputados irlandeses en Estrasburgo que "no tenemos una posición sobre la política democrática nacional de Irlanda, pero es esencial que el presupuesto sea adoptado a tiempo y así podremos concluir las negociaciones sobre el programa de la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) también a tiempo".
El portavoz de su departamento, Amadeu Altafaj, advirtió de los riesgos en retrasar las decisiones por parte del Gobierno de Cowen. "Cada día que pasa", dijo Altafaj, "tiene un impacto en la economía irlandesa, así que es extremadamente importante que se tomen las medidas legislativas necesarias cuanto antes". También apuntó que era difícilmente imaginable que Irlanda permaneciera como un país con un bajo nivel de impuestos.
El Parlamento Europeo aprobó por otra parte ayer un informe sobre las actividades del BCE en que los eurodiputados apremian al banco emisor del euro a comprar deuda soberana para responder a la crisis. La Eurocámara pide al BCE que compre bonos y títulos de deuda pública de los países de la zona euro "siguiendo así la larga y contrastada práctica del banco de Inglaterra y de la Reserva Federal de Estados Unidos". En realidad el BCE ya está comprando deuda soberana de Grecia, Portugal e Irlanda desde el pasado 10 de mayo en el mercado secundario. Hasta ahora ha adquirido títulos de deuda pública de estos países por valor de 66.000 millones de euros. El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, ha explicado en varias ocasiones que de manera simultánea a la compra de deuda se retira del mercado una cuantía equivalente de dinero para evitar que se produzca un aumento de liquidez y en consecuencia un aumento de la inflación.
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