Rouco calla sobre el uso del condón avalado por el Papa
El Gobierno español valora el "avance", aunque lo considera insuficiente - Küng: "Es la admisión de lo insostenible"
El cardenal Antonio María Rouco abrió ayer la asamblea plenaria de los obispos sin una sola alusión a las palabras de Benedicto XVI sobre el preservativo. Las polémicas opiniones del Papa, recogidas en un libro-entrevista del escritor alemán Peter Seewald que aparece hoy en España con el título de La luz del mundo, editado por Herder, fueron, sin embargo, el foco de atención de los medios de comunicación, empeñados en obtener alguna declaración episcopal. No hubo manera.
Pese a la inalterable comunión de los prelados españoles con cualquier tesis emanada del Vaticano, el silencio esta vez fue absoluto. Se ha impuesto la prudencia, ante unas declaraciones que han sido matizadas, incluso rectificadas, mediante un comunicado de la Oficina de Prensa vaticana que dirige el jesuita Federico Lombardi. El ambiente episcopal lo resumió el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, recién llegado de Roma. "Hay que leer el libro antes de pronunciarse", zanjó.
Los obispos respaldan al pontífice sobre el "laicismo agresivo"
El portavoz del Vaticano matizó el domingo a Benedicto XVI sobre el uso del preservativo "en algunos casos". "Las palabras del Papa no reforman ni cambian las enseñanzas de la Iglesia, sino que las reafirman", dijo.
Lombardi ya se vio obligado a matizar unas palabras del Papa cuando el pasado día 6 el Pontífice visitó España y dijo que venía a un país sumido en un laicismo agresivo, semejante al vivido durante la II República.
La nueva posición del Papa acerca del condón está siendo observada con atención en numerosos sectores, con muy diferente criterio. Así, el célebre teólogo suizo Hans Küng sostiene que no es otra cosa que "un ajuste táctico". "Es elogiable que el Papa se atreva a apartarse de la línea que hasta ahora ha sido la oficial. De hecho, se trata simplemente de la admisión de que esta enseñanza no se puede sostener", ha declarado el católico Küng al diario alemán Süddeutsche Zeitung. Añadió que Benedicto XVI "sabe muy bien que tampoco los católicos conservadores aprueban la prohibición del condón y que la política que el Vaticano ha mantenido hasta ahora sobre el asunto ha hecho de la Iglesia una institución risible", informa Laura Lucchini.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), por boca de su directora general, Margaret Chan, aplaude en cambio la justificación parcial que Benedicto XVI hace del preservativo. "Es un buen comienzo. Se trata de la primera vez que el Vaticano respalda el uso de preservativos", dijo. De la misma opinión es Ramón Jáuregui, ministro de la Presidencia. "Es un avance, pero insuficiente y muy propio de una Iglesia que siempre va un poco detrás de los acontecimientos", declaró en el programa Las mañanas de Cuatro. También el diputado de IU en el Congreso, Gaspar Llamazares, en declaraciones a Europa Press, interpretó la posición del Pontífice como un "pequeño paso, aunque mínimo dentro de la irracionalidad que preside la postura de la Iglesia en esta materia".
Donde sí han cerrado fila los obispos es en la defensa del Papa sobre el momento socio religioso en España, que Benedicto XVI ha dibujado con tintes más que sombríos. ¿Hay laicismo agresivo? Esta es la tesis del presidente de la Conferencia Episcopal: "En su descripción de la situación de España, el Papa quiso poner de relieve los aspectos positivos y las posibilidades que, hoy como ayer, se encierran en la fuerza de la fe. Tampoco dejó de reconocer generosamente que en las últimas décadas la sociedad española vive en una situación fundamental de unidad, concordia, libertad y paz, aspectos que se han pasado por alto con juicios negativos carentes de rigor".
Pero Rouco añadió sobre lo dicho por el Papa: "Se refirió al laicismo fuerte y agresivo surgido en el pasado, como una especie de otra cara de la moneda de la vigorosa aportación católica española al renacimiento del catolicismo en la edad moderna. Es ahí donde se refirió a lo visto en los años treinta del siglo XX. Y luego, sin establecer una equiparación entre aquel fenómeno histórico y lo que ocurre hoy, dijo que el enfrentamiento entre fe y modernidad, lejos de haber desaparecido, continúa hoy activo en España".
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