"Si la negociación sigue bloqueada en la ONU habrá que buscar otros foros"
Todd Stern va con prisa por la vida. Llega al Departamento de Estado desde el Congreso, saluda al grupo de periodistas europeos invitados por el Gobierno de EE UU para hablar sobre cambio climático y, sin mediar presentación, dispara. "Pregunten". Stern, viejo negociador de las cumbres del Clima, recibió de Obama el encargo de devolver a EE UU a la senda del pacto internacional. La creciente oposición en EE UU y la agonía de las negociaciones tras el fracaso de la Cumbre de Copenhague han dejado al enviado especial de EE UU para el Cambio Climático en una posición delicada. Tanto, que ante un previsible fiasco en la Cumbre del Clima de Cancún de la ONU, avisa: "Si año tras año persiste el bloqueo, la gente va a buscar otros caminos de negociación, otros foros. Aunque lo mejor para todos es que el camino sea la UNFCCC (la convención de la ONU para el cambio climático), porque tiene credibilidad y la participación de todos en un asunto de esta importancia no puede seguir bloqueada".
Stern apunta que no hay que esperar demasiado de Cancún, sino ir paso a paso e insiste en que EE UU sigue vinculado al Acuerdo de Copenhague, donde se comprometió de forma voluntaria a reducir sus emisiones un 17% en 2020 respecto a 2005: "Hemos dejado claro que mantenemos el compromiso del año pasado y apoyamos el acuerdo de Copenhague en un 100%".
Pese a la amplia decepción por ese texto, defiende lo conseguido: "Hay cosas importantes en el Acuerdo de Copenhague. Una parte se comprometía a dar financiación significativa, apoyo tecnológico... y la mayoría de los países, desarrollados y no desarrollados, se comprometían a tener objetivos (de reducción de emisiones) o a llevar a cabo acciones (para controlar sus emisiones) de forma transparente". En Cancún, el reto es "llevar lo más importante del acuerdo a las negociaciones dentro de la ONU", ya que la UNFCCC no adoptó el acuerdo por la oposición de Venezuela o Cuba por haberse negociado a puerta cerrada.
Stern defiende la buena fe de Obama en Copenhague pese al malestar de la UE porque el acuerdo se cerró en una sala con representantes de EE UU, China, India, Brasil y Sudáfrica: "Creo que hay algún malentendido sobre lo que ocurrió. No fue un acuerdo secreto". Obama selló el pacto y se lo llevó a los líderes de la UE, que lo aceptaron de no muy buen grado, ya que el cambio climático era el estandarte de Europa en las negociaciones internacionales.
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