"La sanidad francesa estuvo ciega y sorda ante un fármaco peligroso"
Un día de febrero de 2007, la médica Irène Franchon, neumóloga del hospital francés de Brest, sospechó que una dolencia en las válvulas cardiacas de una paciente a la que atendió podría tener que ver con el hecho de haber tomado un medicamento sospechoso, el Mediator, comercializado en Francia desde 1976. Franchon emprendió esa misma mañana una cruzada contra ese compuesto, elaborado por el laboratorio francés Servier, el segundo de Francia, usado como remedio para diabetes y como adelgazante.
Hace unos días, un informe de la Seguridad Social francesa presentado en la Asamblea Nacional reconoció que el medicamento ha causado 500 muertes en los 33 años en que fue comercializado y 3.500 hospitalizaciones. Cerca de cinco millones de personas tomaron Mediator en Francia. Fue apartado del consumo en noviembre de 2009 gracias a que meses antes, tras visitar seis veces la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa, Franchon depositó un informe determinante que vinculaba el Mediator con las malfunciones cardiacas.
"Es una catástrofe no solo por las 500 muertes sino por los afectados"
"No vi mucha prisa por prohibir su comercialización al entregar el estudio"
"Los laboratorios tienen 'lobbies' muy poderosos. Tenían miedo"
Desde el hospital de Brest, en el que sigue trabajando, aceptó ayer hablar por teléfono con EL PAÍS. En su mesa de trabajo, según explicó, tenía delante un ejemplar del periódico Le Parisien, que presentaba ayer una decena de personas con secuelas graves a causa del Mediator.
Pregunta. ¿Qué piensa al ver a todas esas personas afectadas?
Respuesta. Que todo esto ha sido una auténtica catástrofe. No solo por las muertes, sino por todas las personas afectadas. Ahora veo sus rostros y pienso lo que están sufriendo. Este medicamento, pensado para la diabetes, era usado, sobre todo, por mujeres mayores de 50 años, que con la menopausia habían engordado. Entonces, para rebajar esos kilos, el médico les recetaba Mediator. Era muy popular. Hay que tener en cuenta que como remedio para la diabetes no era muy bueno. Y como adelgazante, o como producto que quitaba el apetito, pues actuaba como una anfetamina.
P. ¿Cómo empezó su investigación?
R. En 2007, en mi hospital, vi una paciente cuyos síntomas de hipertensión arterial pulmonar me recordaron otros que vi muchos años atrás a otra paciente que tomaba Isoméride
[otro producto de ese mismo laboratorio, también utilizado como producto que quitaba el apetito, retirado en 1997 tras considerarlo peligroso]. Después, indagué en los archivos informáticos del hospital buscando más casos. A muchos pacientes con disfunciones en las válvulas cardiacas les pregunté si tomaban Mediator. Después, me dirigí a otros colegas de otros hospitales para que me ayudaran. En febrero de 2009 ya tenía un estudio hecho. Ya estaba completamente convencida de que el Mediator era peligroso.
P. ¿Y qué hizo?
R. Fui con toda la documentación a la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa, pero no vi mucha prisa por querer prohibir la comercialización del Mediator. Me pidieron más información. Y eso que sabían que era peligroso.
P. ¿Qué quiere decir con eso?
R. Que desde 1997, fecha en que retiraron el Isoméride, sabían que el Mediator podía ser peligroso. Así consta en algunos documentos. Pero no se lo dijeron a ningún médico.
P. ¿Por qué?
R. No lo sé, no lo comprendo. Todo esto es una locura.
P. ¿Qué hizo después?
R. Seguí investigando. La historia del Mediator se había convertido en una auténtica obsesión para mí. Y antes de irme de vacaciones aporté más casos. También estaban ya investigando en ello los médicos de la Seguridad Social, que, por cierto, creyeron en mi historia desde el primer momento. Ellos sí, pero las autoridades sanitarias han estado ciegas y sordas.
P. ¿Cree que ha habido presiones de los laboratorios, que por eso se retrasó la prohibición?
R. Los laboratorios y la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa no son compartimentos estancos. Hay muchas reuniones a las que acuden juntos. Y los laboratorios tienen lobbies muy poderosos. Yo creo que la Agencia de la Seguridad Sanitaria tenía miedo del laboratorio. Ya sé que lo que digo no es normal, pero es así.
P. ¿Y cuándo se prohibió?
R. En noviembre de 2009. Después de que presentara más casos. También coincidió con la inminencia de un estudio de la Seguridad Social. Ahora que veo todos los casos que salen en la prensa de personas afectadas, no entiendo cómo las autoridades sanitarias no oyeron nada.
P. ¿Cree que pueden surgir otros casos parecidos?
R. Naturalmente. El sistema tiene debilidades importantes.
P. Se entrevistó con el nuevo ministro de Sanidad, Xavier Bertrand. ¿Qué conclusión sacó?
R. Se ha convencido del problema, creo. Me aseguró que va a hacer trabajar a los inspectores, y que va a ordenar una investigación.
Calamidad médica
- El laboratorio Servier comenzó a comercializar en Francia el fármaco Mediator -su base es el benfluorex- en 1976 para luchar contra la diabetes y para mitigar el apetito y bajar así de peso.
- Las sospechas que hicieron que países como EE UU y España prohibieran su venta (en 1997 y 2003) quedaron confirmadas en 2007 con la investigación de Irène Franchon: el medicamento causaba disfunciones en las válvulas cardiacas.
- Francia impidió su comercialización en 2009. Un total de 300.000 personas se trataban entonces con Mediator (dos millones desde 1976).
- Un informe médico de la Seguridad Social francesa calcula "a la baja" que unas 500 personas han muerto y 3.500 han sido hospitalizadas por el fármaco.
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