La epidermis del flamenco
Carlos Saura ha invertido 14 años y tres millones de euros para rodar su nueva película sobre el género
En el arranque de Flamenco, flamenco, la nueva película de Carlos Saura, se ve una panorámica del techo de estructuras metálicas del Pabellón del Descubrimiento, en la que fue la sede de la Expo sevillana. En el plató, colocadas cual esculturas, las pinturas de Romero de Torres, Penagos, Doré o García Carreras, que simbolizan Andalucía o su música. Los cuadros acompañarán durante la proyección, a modo de escenario, la representación de los distintos palos flamencos a cargo de más de un centenar de artistas. Está amaneciendo y suenan las primeras notas de una rumba. Carlos García y María Ángeles Fernández (hija de Tomatito) entonan Verde que te quiero verde, con Josemi Carmona a la guitarra.
"Ya era hora de retirar el toro lleno de polvo", dice La Shica
"Me encanta ser el embajador de esta estética", asegura el director
La iluminación y la fotografía recuerdan los mejores momentos de algunas de las películas de Bertolucci. La Shica, que asiste a un pase de la película que se estrena hoy, no puede reprimir el piropo: "¡Chulísimo! Ya era hora de retirar el toro lleno de polvo y la muñeca con traje de flamenca". La cantante casi salta del asiento cuando escucha la soleá de Montse Cortés: "Ella no es consciente de todo lo que nos da". La emoción se mantiene: Miguel Poveda, en una bulería por soleá a golpe de nudillos; Rocío Molina, bailando con un cigarro, e Israel Galván, en silencio y a su aire.
Bulería, tangos, nanas, seguiriyas, guajira... A lo largo de hora y media, cantaores, bailaores y músicos van desgranando los distintos palos del género. Saura (Huesca, 1932) ha optado por arrancar el filme con el mismo tema con el que puso punto final hace 14 años a la primera parte de Flamenco y rodearse del mismo equipo: Vittorio Storaro a cargo de la fotografía e Isidro Muñoz en la parte musical. En ese intervalo, el flamenco se ha profesionalizado. Si en Flamenco, Farruco daba la alternativa a su nieto Farruquito, apenas un adolescente, ahora el niño de la casa responde al nombre de El Carpeta, el hermano pequeño de una dinastía que no para de sorprender. "El flamenco está vivo, es actual y tiene futuro", dice el realizador de Mamá cumple 100 años. "Si he esperado tanto tiempo no ha sido por mi gusto. Hasta que la productora sevillana GPD no contactó conmigo no tuve claro cómo llevar adelante este proyecto". Desde el principio, sí sabía lo que quería hacer. "El cante parece haberse anquilosado, como si no se atreviera a dar un paso adelante. En este momento la revolución la ponen los bailaores y los instrumentistas que se acercan a una música que siempre ha estado dominada por las guitarras. Ahora todo el mundo lleva cajón, piano y hasta violonchelo".
Ortodoxos o partidarios de la fusión, el flamenco vive una revolución permanente. La película de Saura se presentó la semana pasada en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde el realizador recibió el premio Ciudad de Sevilla, y fue aclamada por el público. Solo en la fiesta que siguió al estreno, al calor del jamón y el cava, se escuchaban algunas críticas. Muchos coincidían en que la propuesta de Saura resulta más estética que jonda, algo que al director de Cría cuervos no parece preocuparle. Acaba de presentar el filme en Shanghái, donde el público aplaudió a rabiar: "Desengañémonos, el flamenco interesa más fuera que dentro de España. Aquí todavía lo vemos como algo con un toque de chusmería, como de barrio bajo. Solo fuera parecen captar la pasión y la intensidad que tiene. Me encanta ser el embajador de la belleza y la estética de esa música".
La saeta de María Bala y las dos coreografías de Javier Latorre sobre una marcha procesional y una música, en playback de J. A. Romero, copan también algunas de las críticas al filme. "El flamenco en grupo es muy difícil", se lamenta La Shica.
El homenaje a Camarón, con la interpretación de La leyenda del tiempo a cargo de Niña Pastori y la guitarra de Tomatito, tampoco parece del agrado de Ricardo Pachón, productor del álbum del mismo nombre. "Me suena un poco a fin de curso de colegio. Me parece muy superior la versión de Montse Cortés con Amargós, Benavent, Rubén Dantas, Raimundo Amador y Jorge Pardo para la película sobre la vida del cantaor de Isaki Lacuesta".
Como muchas juergas flamencas, el broche final lo pone una bulería de Jerez. Entre palmas y olés, Moraíto Chico deja la guitarra a cargo de uno de los palmeros y salta al centro del escenario para dar su patadita. Parece fácil.
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