Puigcercós rectifica y vuelve a pedir un referéndum de independencia a Mas
La dirección de ERC considera un "malentendido" la oferta de pacto a CiU
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Convergència i Unió (CiU) se lanzaron ayer a frenar las expectativas de un pacto nacionalista para gobernar la Generalitat tras el 28 de noviembre. Pocas horas después de que el líder republicano, Joan Puigcercós, se abriera a pactar la investidura de Artur Mas si CiU gana sin mayoría absoluta, los líderes de ambas formaciones intentaron mirar hacia otra parte para evitar la desmovilización de su electorado.
Ayer por la tarde, Puigcercós incluso hizo una rectificación en toda regla a lo dicho el miércoles por miedo a que su electorado más soberanista se pase al nuevo partido que ha fundado Joan Laporta, Solidaritat Independentista, o a la escisión de ERC, Reagrupament. Ambos tienen la independencia de Cataluña como único objetivo.
CiU evita cualquier gesto que pueda incomodar a los republicanos
La dirección de ERC calificó ayer de "malentendido" las afirmaciones de Puigcercós el miércoles en el sentido de que podría apoyar la investidura de Mas, sin entrar en el Gobierno, aunque el líder de CiU no se comprometiera a celebrar un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Puigcercós afirmó el miércoles que para pactar la investidura le bastaría con el compromiso de CiU de no recortar derechos sociales y de proteger el catalán. El referéndum seguiría siendo condición, pero solo para entrar a formar parte del Gobierno.
En un mitin celebrado ayer por la tarde, Puigcercós volvió a colocar el referéndum en lo más alto de su lista de prioridades. Aseguró que no entrará en un Gobierno que no asuma este requisito y que tampoco facilitará la investidura de ningún candidato que no abrace esa propuesta. "ERC formará parte de un Gobierno, apoyará a un Ejecutivo o hará la investidura siempre y cuando se cumplan nuestras condiciones. Pero la primera, que quede claro, es un referéndum para decidir si Cataluña es independiente. Si no, no", sentenció. Por si no había quedado claro, añadió: "Si ERC es fuerte, si ERC decide, nos vendrán a buscar".
El anuncio del miércoles había provocado cierta euforia en las filas de CiU, cuyos dirigentes ya se ven con un pie y medio en la Generalitat. Artur Mas se mostró escéptico en público, pero también se cuidó mucho de no decir nada que incomodara a ERC. Incluso habló de referendos, pero no de independencia. Mas dejó abierta la puerta a celebrar la próxima legislatura una "consulta popular" para que los catalanes decidan si quieren para su comunidad un trato fiscal como el del País Vasco y Navarra.
Pero donde más euforia había era en Solidaritat Independentista, el partido de Joan Laporta. El ex presidente del Barça se erigió en el único independentista verdadero y atribuyó los escarceos de ERC con CiU a una "situación desesperada" de los republicanos para seguir en el poder.
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