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LA CRISIS DE LA DIPUTACIÓN DE ÁLAVA

EA tantea desde hace semanas un pacto 'abertzale' contra el presupuesto foral

El socio de Agirre vota hoy con ANV, Aralar y EB a favor de una reforma fiscal

El desencuentro entre el PNV y EA que amenaza con romper el Gobierno foral alavés a apenas medio año de las elecciones se pondrá en evidencia hoy en las Juntas Generales, alentado por un debate en el que el socio minoritario votará con ANV, Aralar y EB una moción para poner en marcha en 2011 una reforma fiscal. El diputado general alavés, el peneuvista Xabier Agirre, descarta por completo tal reforma. Además, el aún socio del PNV tantea desde hace tres semanas la presentación de una enmienda de totalidad conjunta al proyecto de presupuestos por esos mismos cuatro grupos que hoy votarán unidos, según ha podido confirmar EL PAÍS.

En el conocimiento de ese análisis de EA hay que suponer que encaja la advertencia que Agirre lanzó el viernes pasado, en lo que pareció una obviedad: EA, como miembro del Gobierno foral, no puede presentar enmiendas a las cuentas, ni de totalidad ni parciales. Por ello, destituirá a sus dos miembros en el Consejo de Diputados si esa eventualidad se llega a producir y antes no abandonan voluntariamente sus cargos.

EA no cree que el pleno de hoy deba acelerar su salida de la Diputación
Los dos diputados forales del socio menor buscan salvar sus compromisos
Las Juntas debaten crear una comisión que aborde ya el debate fiscal

Eso es lo que parece que tiene previsto la formación que encabeza Pello Erizar, a ojos de sus otros interlocutores en las Juntas Generales. "EA se está cargando de razones para salir lo más limpio posible de una ruptura, que es algo que supone siempre un desgaste para las dos partes implicadas", analizó ayer el juntero de Aralar Iñaki Aldekoa. "Se están cubriendo ante una decisión que da la impresión de que ya está tomada", añadió, en su condición de interlocutor en las conversaciones cuatripartitas, tanto para fraguar la moción que se debate hoy como para las que conducirían a esa petición conjunta de devolución de los presupuestos. Paradójicamente, los dos diputados forales de EA respaldaron con su voto esas cuentas en la reunión del Consejo del viernes. "Los cuatro partidos llevamos al menos tres semanas trabajando para esa enmienda conjunta. Prácticamente está el acuerdo entre ANV, Aralar y EB y falta por saber si EA se sumará finalmente", abundó Aldekoa.

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El debate de hoy será un avance, que dejará ver hasta dónde alcanza la tensión que los dos socios evidenciaron con el ultimátum que se intercambiaron hace tres días. EA no cree, sin embargo, que el pleno deba acelerar el previsible desenlace de su salida del Gobierno foral. Entre otras cosas, sus dos diputados quieren que queden amarrados compromisos presupuestarios que han adoptado con agentes de los sectores bajo responsabilidad de cada uno: Cultura, en el caso de Lorena López de Lacalle, y Medio Ambiente, en el de Mikel Mintegi.

En el aire está si el PNV, en este caso encarnado en Agirre, optará por aprovechar la circunstancia y acelerar lo más posible que el panorama se aclare o si, como EA prefiere, optará por esperar a la postura final de esta formación. "En las Juntas cada grupo tenemos nuestro ámbito de actuación diferente", defendió ayer en declaraciones a este periódico Rafael Larreina, secretario de Política Económica y Fiscal de EA. Larreina destacó que la misma iniciativa se presentará en el resto de las instituciones, entre ellas el Parlamento navarro. "Allí se hará a través de Nafarroa Bai, donde está también el PNV", recordó.

EA atribuye toda la responsabilidad del desenlace a sus socios y al compromiso con el PSE de posponer el debate fiscal hasta después de las elecciones que les atribuye. En referencia a la advertencia de Agirre de que EA está poniendo "la pluma y la tinta" para el cese de sus diputados, Larreina replicó: "Lo importante es qué papel se pone sobre la mesa y eso es responsabilidad del PNV".

El diputado general alavés, Xabier Agirre, cuando el pasado viernes presentó los presupuestos forales para 2011.
El diputado general alavés, Xabier Agirre, cuando el pasado viernes presentó los presupuestos forales para 2011.L. RICO

Mayores posibilidades para un cambio de color

El fracaso del tripartito nacionalista que PNV, EA y Aralar formaron en 2007 bajo la égida del peneuvista Xabier Agirre supondrá un ingrediente más en el previsible cambio de manos de la Diputación alavesa tras las elecciones de mayo próximo. Tocará asi probablemente a su fin la paradoja de que esa alianza nacionalista haya gobernado, con 17 escaños sobre un total de 51, el territorio donde más minoritaria resulta su posición política.

Los dos socios que quedan, tras la expulsión hace un año de Aralar, muestran el mismo escaso entusiasmo por salvaguardar la fórmula para el futuro. Salvado el peligro de una moción de censura -no se pueden presentar en el último tramo de mandato-, EA señala con frialdad que las legislaturas "empiezan y terminan". Solo admite que su alianza alavesa, la única que queda de su vieja coalición con el PNV, resulta incongruente con su actual entente con la izquierda abertzale si en paralelo se concede que el PNV "también ha cambiado de estrategia" desde que formó el Gobierno foral y ahora "prefiere al PSE como socio preferente".

Aunque dependa fundamentalmente de otros factores, la ruptura entre PNV y EA abre el juego y aumenta las posibilidades de cambio de color en el Ejecutivo foral. Los reproches resultan intercambiables. En respuesta al peneuvista Joseba Egibar sobre la posición imposible en que se habría colocado EA por su acercamiento a Batasuna, el dirigente de EA Rafael Larreina aporta el suyo: "Tenemos la sensación muy clara de que el PNV está en una estrategia de volver a la época Ardanza con el PSE como socio preferente en todos los ámbitos". Álava es "un tema de voluntad política del PNV", que debe optar entre soberanismo y autonomismo, apunta. A EA, en cambio, le resulta "indiferente" ir a las elecciones de mayo "desde dentro o desde fuera" del Ejecutivo foral.

La moción que hoy votará EA en las Juntas contiene una crítica implícita a su socio, al señalar que "las decisiones políticas van en otra dirección" distinta a la de "garantizar un mantenimiento del sistema público de servicios sociales".

Otra censura encubierta es también la alusión al supuesto uso de la crisis como "pretexto" para la reforma laboral, la congelación de pensiones o "los recortes a sectores necesitados", que el PNV terminará respaldando al votar los Presupuestos Generales.

Los cambios fiscales que se abordan son "puramente estéticos", mientras "se retrasan sin concretar fecha alguna" las decisiones importantes en ese terreno. La moción se muestra especialmente explícita al criticar a quienes plantean que "el debate fiscal debe postergarse en el tiempo". La propuesta es formar ya una comisión que aborde de forma urgente el debate sobre los cambios a introducir en la normativa fiscal vigente, para "sostener e impulsar en 2011 el gasto social tanto de la Diputación foral como del resto de Administraciones".

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