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"Perdonar es cosa de Dios; a nosotros nos toca asumir"

Rosa Rodero, viuda del 'ertzaina' Joseba Goikoetxea, al que asesinó ETA, ve "relegadas" a las víctimas nacionalistas

El Día de la Memoria devolverá mañana a las víctimas del terrorismo a primera línea de la actualidad. La jornada servirá de homenaje y recuerdo público, aunque las víctimas nunca han olvidado ni podrán borrar el fatídico momento que destrozó sus vidas. El sufrimiento las une. En ocasiones, su condición las separa. ETA asesinó en 1993 al sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea, destacado militante del PNV. Su viuda, Rosa Rodero, se ha convertido en uno de los iconos de unas víctimas nacionalistas que, quizá por su condición de minoritarias, se han sentido siempre "relegadas", opina ella. 17 años después sigue herida, porque las secuelas psicológicas también duelen, pero no guarda rencor. "Perdonar es cosa de Dios; a nosotras [las víctimas] nos toca asumir", considera.

"A muchos no les interesa en realidad el final de ETA"
"Tarde o temprano, los encontraremos por la calle, porque saldrán de la cárcel"

Rodero sigue en tratamiento para superar aquel funesto 22 de noviembre. "Creo que solo un 1% de las víctimas logra rehacer su vida", sostiene, tras el contacto que ha mantenido con decenas de damnificados por el terror. "¡Es tan difícil aceptar una muerte que consideras absurda!" Los seis primeros meses no fue consciente de lo que había ocurrido. Confiaba aún en que su marido llegase por sorpresa en algún momento. "Había aparecido en muchos papeles, pero nunca piensas que algo así vaya a pasar", sostiene ahora. Después sacó fuerzas de flaqueza para ocuparse de sus tres hijos, en especial el mayor, quien hoy tiene 33 años y quedó traumatizado tras resultar ileso en el atentado en que murió su padre. Cuando crecieron y ganaron independencia, se acrecentó la soledad de Rodero y cundió un desánimo del que no se ha repuesto.

Pese al dolor, Rodero se muestra dispuesta a seguir adelante. Así se lo exige la "lucha por la democracia" que abanderó su marido, preso durante el franquismo por su lucha política, y porque "queda mucho camino por recorrer" en el reconocimiento a unas víctimas que siempre han estado, a su juicio, "desinformadas".

Además de ayudas económicas y apoyo psicológico, la viuda de Goikoetxea demanda a las instituciones un reconocimiento "por igual", al margen de condiciones o la organización que atenta. "Hasta 1996, casi no se nos tuvo ni en cuenta y desde entonces, con el asesinato de gente vinculada a la política, nos hemos repartido en supuestas categorías de importancia. De primera, de segunda, tercera... y hasta sexta. Yo me considero de cuarta", se lamenta.

Goikoetxea ha sido solo una de las víctimas del ámbito nacionalista que han jalonado décadas de historial criminal de ETA. Junto a su asesinato, destacaron por su impacto social los del también ertzaina Moncho Doral (1996), el empresario Joxe Mari Korta (2000) o el delegado general del Gobierno vasco para asuntos policiales, Genaro García-Andoain (1986).

Los más de 800 asesinados por la organización, todos de distinto perfil, van a quedar reconocidos mañana junto a las víctimas de otras bandas terroristas como el GAL u otros grupos de la extrema derecha.

Rodero celebra como "una buena noticia" el nacimiento de nuevos colectivos de damnificados ajenos a la política. No le duelen prendas para criticar a las víctimas que, a su entender, se han dejado "utilizar" y han llegado "muy alto" gracias a discursos "partidistas", alejados de las necesidades reales. "Para ocupar determinados puestos hay que estar preparado. No se puede trabajar de lo que uno no sabe", recrimina, aunque sin dar nombres para no levantar recelos.

El escenario vasco la anima a ser optimista. Reconoce que la desaparición de ETA supondría su mayor "ilusión", aunque considera que, si llega, será tras un "proceso largo" que no acabará ni siquiera con el abandono de las armas. "Espero que si no yo, al menos puedan verlo mis hijos o mis nietos", apunta.

Rodero explica que las víctimas son quienes más necesitan la paz, ya que reviven sus respectivas tragedias "cada vez que se comete un atentado". El problema, en su opinión, es que no se reconoce el conflicto político que existe en Euskadi, que no se puede saldar con "vencedores ni vencidos", y que "a muchos" no les interesa en realidad el final de la banda terrorista.

La negociación, si es que se recurre a ella como solución, se la deja a los políticos de turno. La viuda del sargento mayor de la Ertzaintza no se considera en condiciones de analizar sobre qué parámetros debería girar. Tampoco se muestra partidaria de ofrecer contrapartidas a los terroristas, aunque deja abierta la puerta a un debate sobre los presos, más por razones prácticas que por deseo. "Tarde o temprano, nos vamos a encontrar con ellos por la calle, porque van a salir de la cárcel. La ley no es justa. Lo sabemos y tenemos que aprender a convivir", indica.

Como parte del camino hacia el final del terrorismo, Rodero ve con buenos ojos la celebración de un Día de la Memoria. Y ello por el reconocimiento que supone, más que nada, y pese a que "la memoria de lo ocurrido la tienen todos los días del año y no solo uno" quienes han sufrido tal lacra. En este sentido, defiende que "tampoco es cuestión de estar continuamente de un lado para otro con homenajes". "Lo importante es que nos tengan en cuenta y que atiendan nuestras necesidades, porque "hay muchas víctimas que se sienten solas", concluye.

Actos de homenaje

El Día de la Memoria que mañana celebrarán las instituciones en homenaje a las víctimas del terrorismo se repartirá por distintos puntos de Euskadi. La jornada comenzará a las diez de la mañana en Ajuria Enea, donde el lehendakari, Patxi López, leerá la declaración institucional antes de inaugurar una escultura realizada por Agustín Ibarrola.

El Parlamento celebrará hora y media después un pleno extraordinario al que asistirán asociaciones de víctimas de toda España. El relevo lo darán, a partir del mediodía, numerosos Ayuntamientos y las Juntas Generales de los tres territorios. Además, en la Academia de Arkaute se rendirá un tributo específico a los ertzainas asesinados por ETA.

La jornada culminará en Andoain a las siete y media de la tarde, donde López inaugurará una segunda escultura, dedicada y a la libertad, realizada por Gotzon Etxeberria.

El atentado

- Joseba Goikoetxea dirigió la unidad de Información de la Ertzaintza entre 1986 y 1993 y fue el encargado de desmantelar el entramado de extorsión etarra en 1992.

- El 22 de noviembre de 1993, dos etarras se acercaron hasta su coche y le descerrajaron varios tiros. Con él viajaba su hijo de 17 años, quien resultó ileso.

- Una sentencia de la Audiencia Nacional de 1998 consideró autores del atentado a los miembros del comando Vizcaya Lourdes Churruca, José Luis Martín Carmona y Ángel Irazabalbeitia. Los dos primeros fueron condenados a 41 años de cárel; el tercero falleció en 1994.

- El atentado de Goikoetxea fue el primero que ETA realizó de forma expresa contra la Ertzaintza. La banda terrorista ha asesinado a 16 policías autonómicos, entre ellos al mosso d'esquadra Santos Santamaría.

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