El fiscal atribuye toda la culpa de la muerte del bebé Ryan a la enfermera
El recién nacido era el hijo de la primera víctima de la gripe A en España
Casi año y medio después de que un error acabara con la vida de Ryan, el bebé prematuro cuya madre fue la primera víctima mortal de la gripe A en España, el fiscal del caso tiene claro qué pasó en la UCI de neonatos del hospital Gregorio Marañón aquel 12 de julio de 2009. Y, sobre todo, quién fue responsable del error que llevó a alimentar al bebé por la vía equivocada. La única acusada es A. M. M. M., la enfermera de 22 años que ese día pisaba por primera vez una unidad de cuidados intensivos neonatal. El fiscal la acusa de un delito de homicidio imprudente y pide para ella dos años de cárcel.
El fiscal asegura en su escrito de acusación, al que ha tenido acceso EL PAÍS, que la enfermera decidió alimentar a Ryan El Ouriachi, de apenas 15 días, "omitiendo las más elementales normas de precaución y sin estar cualificada para ello". Era su primer día en la UCI de Neonatología del hospital Gregorio Marañón, una unidad altamente especializada. La supervisora la había enviado allí, recoge el escrito, "para familiarizarse con la unidad [...] sin que estuviera autorizada a desempeñar función alguna".
El fiscal considera que fue la enfermera la que "suministró nutrición enteral por vía periférica cuando la alimentación que debía haberle suministrado era leche por sonda nasogástrica". Como consecuencia de ese error, Ryan sufrió "un fallo multisistémico que ocasionó su muerte el 13 de julio de 2009 a las 11.00 horas", concluye el relato de la acusación pública.El padre del bebé y viudo de Dalila Mimouni, Mohamed El Ouriachi, no está personado en el caso. Renunció a cualquier acción legal contra el hospital al aceptar una indemnización de la Comunidad de Madrid. El Servicio Madrileño de Salud le entregó 165.000 euros en un acuerdo extrajudicial, según recoge el escrito del fiscal y confirmó ayer la Consejería de Sanidad -confirmó la existencia del acuerdo, pero no la cantidad pagada-.
Además de los dos años de prisión, el fiscal pide para A. M. M. M. la inhabilitación especial para el ejercicio de la profesión de enfermera durante cinco años. Con el escrito solicita a la titular del juzgado que abra juicio oral y propone, entre la práctica de otras pruebas, el interrogatorio de la acusada y el testimonio de cinco personas. Entre ellas se encuentran el padre del Ryan y la supervisora que era responsable de la enfermera ese día. El fiscal pide también la presencia del médico forense que realizó la autopsia al cadáver del bebé para que ratifique o amplíe su informe.
La defensa de la enfermera, que ahora tiene 24 años, la está llevando el equipo jurídico del Colegio de Enfermería de Madrid. Un portavoz rehusó ayer hablar sobre los avances en el caso. "La enfermera nos pidió que no nos pronunciáramos y lo estamos respetando", afirmó.
Un informe elaborado por el Consejo General de Enfermería 16 días después de la muerte del bebé concluyó que "la enfermera no debió prestar sus servicios en la unidad". En primer lugar, "no debió ser enviada" allí por la supervisora, "al carecer de la competencia y cualificación necesarias para ello, tal y como establece la propia legislación de la Consejería de Salud". Tanto ella como la persona al cargo eran enfermeras de cuidados generales, sin formación específica, añade el informe. La enfermera, por su parte, "nunca debió asumir una responsabilidad, en cumplimiento de su código deontológico, para la que no disponía de competencia profesional suficiente".
Un año antes de que sucediera la tragedia, el personal de enfermería de Neonatología alertó en una carta de la creciente disminución del personal cualificado, que se estaba marchando a los nuevos hospitales en busca de mejoras laborales. Las enfermeras avisaban de la "grave repercusión asistencial" que podía tener esa falta de personal especializado. El gerente del Gregorio Marañón, Antonio Barba, recibió múltiples críticas por culpar, el mismo día del suceso y sin esperar a la investigación, a las enfermeras del error que costó la vida a Ryan (habló del "terrorífico error" de una enfermera).
El personal sanitario del hospital se concentró a las puertas del centro y recogió 1.148 firmas para solidarizarse con ella. Aseguraron que la Consejería también tenía culpa "por no asumir su responsabilidad en los 'terroríficos errores' de organización, planificación, adecuación de plantillas y de especificidad en áreas de complejidad asistencial".
Dalila Mimouni, de 20 años, fue la primera víctima mortal de la gripe A en España. Falleció en la semana 28 de embarazo, justo al día siguiente de que su hijo Ryan naciese por cesárea en el último intento de los médicos de salvar a madre e hijo. Su marido, Mohamed, de 21 años, denunció públicamente que Dalila había sido tratada negligentemente. Acudió tres veces a urgencias y las tres la mandaron de vuelta a casa. Finalmente, ingresó en la UCI, donde murió 15 días después.
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