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La Xunta fracasa en su política de fijar un mapa estable de rutas áereas

Solo el aeropuerto de A Coruña afianza sus vuelos de bajo coste

"Un único aeropuerto con tres terminales", repetía sin cesar hace un año el presidente autonómico, Alberto Núñez Feijóo, como proclama de su nuevo modelo de gestión del mapa aéreo de Galicia. El cambio de política de la Xunta en ese ámbito, tomando el mando de la planificación y negociación de las rutas subvencionadas con dinero público -"con o sin los alcaldes para que prevalezca el interés general y no saquen tajada las compañías aéreas", decía Feijóo-, no ha dado resultados. Incluso ha sufrido retrocesos.

Están sin cerrar las conexiones internacionales de bajo coste para 2011, y la propuesta que hay sobre la mesa del Comité de Rutas Aéreas de Galicia -integrado por Xunta, AENA las tres ciudades con aeropuerto, empresarios y cámaras de comercio- consiste en repetir lo que ya había, aunque con menos dinero (tres millones de euros frente a 4,5): mantener en Santiago cinco rutas internacionales subvencionadas que han sido suprimidas (Zurich y París), o con vista a serlo (Londres, Roma, Fráncfort), e intentar reeditar en verano una en Vigo y otra en A Coruña (con Amsterdam).

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A Coruña tiene el aeropuerto más pequeño, aunque, con sus negociaciones en solitario y un fondo propio casi tan elevado como el de la Xunta para toda Galicia (2,6 millones), cuenta con la oferta más consolidada de vuelos de bajo coste: los únicos enlaces directos al extranjero que de momento están garantizados para 2011 (Londres y Lisboa) y otras dos rutas nacionales (Barcelona y Sevilla).

La Xunta no consiguió que las ciudades, los empresarios o las cámaras de comercio aporten dinero para subvencionar líneas de bajo coste. Es la Xunta, alegan, la que ha reclamado asumir toda la competencia en la planificación. Y los resultados de sus gestiones para 2010 fueron más bien negativos, mientras crece imparable la expansión del aeropuerto de Oporto.

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Ryanair, que cobraba 587.000 euros anuales por sus conexiones desde Santiago a Londres, Roma y Fráncfort, se va de Lavacolla, donde operaba desde 2005, a partir del 11 de enero. Vueling también acaba de eliminar su Santiago-París. Y muy caro costaron a las arcas gallegas (2,6 millones) los tres vuelos a Zurich (Santiago), Amsterdam (A Coruña) y Bruselas (Vigo) que la Xunta negoció para seis meses -finalizaron el pasado 30 de octubre- con Vueling. La compañía que preside Josep Piqué cobró un buen dinero por ofrecer vuelos que, en el caso de Zurich y Amsterdam, son rentables sin subvención pública, como reconoció al anunciar la pasada semana su intención de reeditarlas en el verano de 2011, con o sin ayuda de la Xunta.

Vueling se ofrece a cubrir en parte el hueco que dejará Ryanair en Santiago. El Comité de Rutas Aéreas tiene que contestar antes de fin de año. Será de nuevo una negociación a contrareloj y a muy corto plazo. La Xunta no se plantean de momento planificar el mapa aéreo con horizonte plurianual, como piden los alcaldes. Nulo resultado, advierten, dan los tres vuelos de 2010. La falta de constancia, negociaciones de corta distancia, los bandazos y cambios de estrategia, argumentan, son los que echan por tierra todo intento de coordinar un mapa aeroportuario gallego con suficiente estabilidad para ser realmente competitivo y rentable.

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