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LA VISITA DEL PONTÍFICE

El tirón comercial del Papa defrauda expectativas

Camilo S. Baquero

El negocio del Papa pinchó. Y para calificarlo, el adjetivo que más repetían ayer los dueños de los comercios del barrio de Sagrada Familia era "fiasco". Según el Consistorio, la ciudad debía ingresar 30 millones de euros. Sin embargo, el consenso era que las cuentas no cuadraban con la afluencia de fieles. "Ganamos lo mismo pero con el local abierto el doble del tiempo", dijo el dueño de Souvernirs Muayo, ubicado en primera línea del templo.

Leo Chechelnitzky, del local Inter Tapa, en la avenida de Gaudí, bromeaba sobre los "tristes" resultados: "Lo único que nos pedían era el lavabo". Compraron 300 barras de pan como previsión y vendieron la mitad. "Un fin de semana hacemos 3.000 euros", aseguró el hostelero. Ayer, antes de las seis de la tarde, habían hecho 800.

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Lo mismo ocurrió en la calle de enfrente. Al bar de Bárbara Valdez le quedó un superávit de jamón y agua. Hasta las cinco de ayer había hecho unos 500 euros. "Un domingo normal trabajo cuatro horas. Hoy he hecho nueve y el 70% de mis clientes han sido periodistas y gente de la logística", se quejó. Las grandes cadenas también perdieron. En McDonalds, según un empleado, habían traído personal extra, pero la ola de fieles hambrientos nunca llegó.

Para Miguel Ángel Fraile, secretario general de la Confederación Catalana de Comercio, los efectos de la visita se verán con posterioridad. "Hemos dado una imagen al mundo entero de una ciudad preparada y segura. Si los comerciantes perdieron dinero lo recuperarán en los próximos fines de semana", aseguró.

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El dueño de Muayo espera dar salida a los dedales del Papa con el tiempo. "Aún nos preguntan por recuerdos de Barcelona 92", explica con resignación. "¿Busca un titular? Copie el mismo que sus compañeros de Santiago pusieron ayer: expectativas defraudadas", sugirió el dueño de la tienda Gaudí Fashion. En las tiendas de Barcelona, como en las de la ciudad gallega, habrá imágenes de Benedicto XVI para rato.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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